La moda es una tendencia que cambia y evoluciona con el tiempo. Es así que los accesorios que antes eran lo último y lo más usado, ahora son viejas reliquias que vemos con añoranza. Sin embargo, en el caso de los tatuajes, siempre serán algo innovador y que muestra cierto espíritu rebelde, independientemente de la época en la que se luzcan.
Muchas personas optan por tatuar lugares tan extraños como son el rostro o inclusive los órganos sexuales. En definitiva no se trata de una moda pasajera. A pesar de ello, hay otras zonas que podemos teñir con tinta sin lucir exagerados o revolucionarios. Ese es el caso de las orejas.
En los orígenes de la cultura punk, los jóvenes utilizaban mucho los imperdibles, sobre todo para asegurar las viejas prendas que a veces ya no tenían ni botones. Esto rápidamente se volvió un distintivo del grupo social, por lo que muchos empezaron a usar lo seguros de metal en las orejas.
En la actualidad, podemos ver esta misma influencia derivada en distintos tipos de tatuajes en las orejas. Cabe indicar que al igual que ponerse un imperdible, tatuar estas zonas puede ser muy doloroso, aunque el resultado vale la pena.
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