
Un perro sordo no exige más o menos cariño que otro que no lo es. Lo que sí hay que saber es cómo suplir de la mejor forma la carencia auditiva del animal.
Uno de los principales peligros a los que se enfrenta un perro sordo en su día a día es la imposibilidad de oír a un auto o a otros perros. Por ello, es esencial que lo mantengamos atado con una correa en espacios urbanos o cercanos a una carretera y en presencia de perros que pueden resultar agresivos.

Para poder saber dónde está nuestra mascota en todo momento, también podemos recurrir a un cascabel o indicar de forma llamativa en su collar que el perro es sordo, junto a la dirección del dueño, en caso de que se pierda y alguien quiera devolverlo.
Por la noche, dado que es más difícil que el perro pueda ver nuestras señales, siempre podemos recurrir a punteros láser o a linternas en el caso de que se haya alejado demasiado.










