
Adentrarse a la zona de ‘amigos con beneficios’ o ‘con derecho a roce’, resulta beneficioso para los solteros que no quieren un compromiso de pareja, pero sí encuentros sexuales. Hacerlo no es bueno ni malo, siempre y cuando se deje claro la naturaleza de la relación. Pero la figura cambia cuando se quiere tener intimidad con el mejor amigo (a), la persona que se conoce de mucho tiempo y con quien se ha compartido alegrías, metidas de pata, tristezas y miedos. En ese caso pueden surgir muchos riesgos.
Sobre esta situación, el psicólogo y sexólogo, Christian Martínez Monge, señala que cuando una amistad cruza al plano sexual es porque en el pasado una de las partes quiso conquistar amorosamente al otro y como no se dio, ese interés se camufló bajo el concepto de mejor amigo. “Durante un tiempo la parte interesada va ganando terreno como confidente, persona de confianza, el título de buen amigo, a quien la otra persona llamará cuando se sienta solo (a), vulnerable. Un verdadero amigo no se aprovecha de esta situación para cruzar la línea de la amistad y beneficiarse con un encuentro sexual”, aclara.
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Si te encuentras entre el conflicto de las ganas y miedo de perder a tu ‘best friend’ , entérate que una vez que se cruza la línea de la amistad no hay marcha atrás. Si bien al principio será placentero, a mediano o largo plazo pueden presentarse secuelas que golpearan los lazos de la amistad.
Al inicio surge la sensación de complicidad del momento, la idea de total confianza para compartir el encuentro sexual como un secreto más entre ambos. “Cuando se habla y se deja claro lo que paso; se acuerdan las emociones y cuáles serán las reglas de juego de la amistad, a mediano y largo plazo, solo en esas circunstancias, puede que el sexo haga más solida la relación de amigos. Esto, solo si ambos consideran al sexo como una de las tantas experiencias que han pasado juntos, y que no condiciona el afecto entre ambos”, explica Martinez.
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