El rol del vapeo como una de las herramientas más efectivas para dejar de fumar cigarrillos y reducir los riesgos en la salud de millones de fumadores en la región, ya que el tabaquismo le quita la vida a casi 1 millón de personas, se discutió en el “Primer Foro Latinoamericano de Nicotina y Reducción de Riesgo: regulación, ciencia y activismo” que se realizó en la ciudad de .

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que solo el 30% de los fumadores que quieren dejar el tabaco tiene acceso a una herramienta para ayudar a lograrlo. El propósito de este evento fue abrir las puertas para lograr una regulación basada en evidencia científica y las oportunidades para desarrollar políticas de salud pública que apoyen la reducción de riesgo de los fumadores.

Investigadores, médicos y activistas de México, Argentina, Costa Rica, Panamá, Suecia, Canadá y Perú, compartieron evidencias científicas desde las cuales se podrán establecer políticas públicas de salud en los países de la región, así como marcos regulatorios que contemplen el consumo de vapeadores como alternativa para la disminución de tasas de tabaquismo en el mundo.

Jorge Palma, presidente de la Asociación Peruana de Vapeadores (ASOVAPE), asistió como representante de los más de 200 mil vapeadores registrados en Perú y ofreció su experiencia en defensa del derecho a acceder legalmente a alternativas de riesgo reducido de consumo de nicotina en el Perú.

“Queremos que en el Perú se respeten los derechos de aquellos que hemos optado por el vapeo como alternativa frente al tabaquismo, y que se tome como ejemplo regulaciones de otros países que utilizan los vapeadores como herramienta frente al tabaquismo como Inglaterra o Nueva Zelanda“, sostuvo y remarcó que en los países donde se ha usado el vapeo como método de reducción de daños, el consumo de cigarrillos ha bajado de forma sustancial.

El investigador de ciencias nucleares de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Roberto Sussman, médico y físico, sostuvo que esta reducción de daños tiene sustento sólido porque los médicos analizaron efectos en los pulmones; y sobre todo enfatizó la diferencia abismal que hay entre vapear y fumar desde el punto de vista químico.

“Fumar y vapear se parecen, pero las apariencias engañan porque generan aerosoles muy diferentes. Generan aerosoles tan distintos como el humo de una chimenea y la niebla. Pero química y físicamente sus partículas son muy diferentes”, explicó Sussman.

Refirió que, el humo del tabaco tiene 5,162 compuestos químicos y el aerosol del cigarrillo electrónico 91 compuestos. El punto clave aquí es, según Sussman, que el aerosol del cigarro electrónico carece de la casi totalidad de los componentes químicos que tiene el humo del cigarro tradicional.

Regulación del vapeo

Otro pilar importante que se debatió en el evento fue cómo realizar la regulación del vapeo en los países de la región, a fin de reducir el mercado negro y el acceso de cigarros electrónicos a los menores de edad.

En Perú, Jorge Palma explicó que actualmente sin tener regulación alguna en nuestro país, un 50% o 60% del mercado ilícito se mueve en el sector del vapeo. “De salir una regulación muy restrictiva, en la cual los costos de los impuestos sean demasiado altos, o los procesos de importación de los equipos sean muy complejos, ese 60% de mercado ilícito crecerá mucho más.”, explicó Palma.

Aunque una regulación del vapeo en el Perú tiene aún un panorama complicado, Palma propone que sea consecuente con los hallazgos científicos y estudios médicos en torno al vapeo. “Si el cigarro tradicional tiene un 60% de impuestos y los cigarros electrónicos son 95% menos dañinos que el cigarro convencional, entonces no se puede aplicar el mismo impuesto selectivo. Se debería aplicar uno proporcional, lo cual es un tema a debatir”, afirmó.

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