La resistencia a la insulina se da cuando hay un exceso de glucosa en sangre y esto reduce la capacidad de las células de absorber y utilizar el azúcar en sangre para obtener energía. Esto puede aumentar el riesgo de tener diabetes. ¿Cuáles son esas señales de alerta que debemos tener en cuenta?
La nutriocionista Mauret Rojas del portal LaViafit comenta que las señales pueden indicarte que necesitas hacer cambios en tu alimentación, ya que están asociadas a disturbios de la sensibilidad a la insulina.
La experta señala que la mejor forma de evaluarnos es por medio de estudios de sangre como la prueba A1C o la curva de tolerancia a la glucosa.
¿Cuáles son las señales de la resistencia a la insulina?
1. Acantosis Nigricans
Se observa una pigmentación oscura en pliegues de la piel como el cuello, axilas, ingles y pliegues del abdomen.
2.- Mucha sed y mayor micción
Ocurren debido a los niveles elevados de glucosa circulante que obligan a los riñones a trabajar más rápido para tratar de eliminar lo que sobra.
Se comienza a usar el agua de los tejidos para compensar el exceso de micción y por eso se siente mucha sed.
3.- Verrugas
Las personas con obesidad o resistencia a la insulina tienden a desarrollar verrugas, la aparición de estas verrugas se relaciona con el daño en el metabolismo de los carbohidratos.
4.- Antojo excesivo por dulces o carbohidratos
La glucosa no se puede utilizar por nuestras células de manera adecuada debido a la baja sensibilidad a la insulina, por lo que nuestro cuerpo seguirá pidiendo energía rápida en forma de azúcar o carbohidratos.
5.- Brotes de acné
Niveles elevados de glucosa en sangre aumentan la inflamación y la producción de andrógenos libres propiciando una piel más seborréica y brotes de acné. A su vez, la resistencia a la insulina disminuye la capacidad de contrarrestar el estrés oxidativo.
6.- Mareos frecuentes
Los mareos pueden ocurrir debido a que el cerebro no está procesando suficiente glucosa en sangre o por una hipoglicemia reactiva.
7.- Fatiga
Disturbios a la hora de dormir, deshidratación y cambios en niveles de glucosa pueden hacer que te sientas sin energía y sin concentración a lo largo del día. Hay una tendencia a sentirse sumamente cansada después de comer.
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