La miomatosis uterina son los tumores benignos aparecen con más frecuencia en las mujeres que pueden ser asintomáticos, y se originan de las mismas células del músculo dely su crecimiento están influenciados por las hormonas del ciclo menstrual, principalmente por los estrógenos. Se diagnostican con mayor frecuencia en pacientes entre los 30 y 40 años.

La ginecóloga y obstetra, Ana Talavera Ginecología y Obstetricia de SANNA Clínica San Borja nos explica qué es la miomatosis uterina, sus causas y tratamientos para aliviar los malestares.

LA MIOMATOSIS UTERINA

La miomatosis uterina es la presencia de miomas (leiomiomas, fibromas o fibromiomas) que son los tumores benignos que aparecen con más frecuencia en las mujeres. Generalmente son múltiples, pero también los podemos encontrar únicos.

Estos tumores pueden ser asintomáticos, por lo que no se sabe con precisión su incidencia real. Se estima que el 70% de las mujeres llegan a tener por lo menos un mioma a lo largo de su vida, pero entre los 30 y 40 años se diagnostican con mayor frecuencia.

CAUSAS

Se desconocen las causas exactas. Se sabe que son tumores que se originan de las mismas células del musculo del útero y su aparición y crecimiento están influenciados por las hormonas del ciclo menstrual, principalmente por los estrógenos. Una alteración hormonal y el aumento del nivel de estrógenos en el organismo puede dar lugar a la aparición de miomas, que no es más que el crecimiento de una masa anormal de tejido muscular.

Después de la menopausia, debido a que los niveles de estrógenos en sangre disminuyen, no se forman nuevos miomas y los presentes suelen disminuir de tamaño. Pese a ello, los miomas no llegan a desaparecer tras la menopausia.

En algunos estudios también se ha encontrado que los miomas pueden tener causas genéticas, por lo que existe cierta predisposición genética a desarrollarlos.

Si hay crecimiento de los miomas luego de la menopausia puede ser la traducción de una formación maligna.

¿CÓMO AFECTAN LOS MIOMAS A LA MUJER?

Muchas veces, los fibromiomas no suelen provocar ningún síntoma. Sin embargo, en algunas mujeres, dependiendo de la localización, el tamaño y la dirección hacia donde crece, pueden causar:

Sangrado entre reglas (metrorragia).

Menstruaciones más largas y abundantes (menorragia).

Reglas dolorosas (dismenorrea).

Relaciones sexuales dolorosas (dispareunia).

Dolores pélvicos e hinchazón abdominal.

Compresión y sensación de presión en vejiga, uréter y recto, lo cual lleva al estreñimiento o dificultad del vaciado.

Ganas de orinar frecuentes.

Anemia.

En algunos casos problemas reproductivos: como abortos espontáneos, contracciones prematuras, dificultad para concebir.

TRATAMIENTOS PARA LOS MIOMAS

En cualquier caso, será el ginecólogo el encargado de valorar qué prueba o pruebas son necesarias en base a sus sospechas. Y tras el diagnóstico el tratamiento dependerá de la edad de la paciente y su deseo de tener hijos, así como del tamaño y el peso que tengan los miomas y el deseo de preservar el útero. Los miomas que son asintomáticos y de tamaño pequeño no tienen necesidad de ser tratados, sólo revisados por ecografía cada 6 meses a 1 año, para evaluar la. Velocidad de crecimiento o sintomatología que se vaya instaurando.

TRATAMIENTOS NO INVASIVOS

Estos tipos de tratamientos permiten retrasar o evitar la cirugía. Los más comunes son:

-Analgésicos para controlar el dolor de los miomas de pequeño tamaño.

- Medicamentos hormonales, progestágenos, Dispositivos intrauterinos de Levonorgestrel (T hormonal, que no contiene cobre), moduladores selectivos de los receptores de progesterona para regular las menstruaciones y los dolores que provocan.

Tratamiento hormonal con agonistas de la GnRH que son ampollas que disminuyen el nivel de estrógenos en sangre provocando una situación parecida a la menopausia, por lo que hay que tener en cuenta sus efectos secundarios. El tratamiento mejora los síntomas, pero no hace desaparecer el mioma, por lo que, al suspender la medicación, vuelve a crecer.

TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Miomectomía, que es la extracción del mioma y puede ser por vía abdominal, es decir con corte tipo cesárea, o laparoscópica, o vía vaginal por histeroscopia, y la histerectomía que es el retiro del útero, la indicación de cada uno de estos procedimientos dependerá de la evaluación médica.

Además, existen procedimientos no quirúrgicos mínimamente invasivos como la Embolización Arterias Uterinas (EAU, entre otros procedimientos innovadores de radiología intervencionista).

TIPOS DE MIOMAS

Hay tres tipos de miomas dependiendo de dónde se encuentren y la dirección hacia la que crezcan:

SUBSEROSOS

Crecen hacia la cavidad abdominal. Los miomas subserosos pueden llegar a presionar o empujar a órganos adyacentes si se desarrollan mucho, pero suelen ser asintomáticos. Este tipo de miomas son los más comunes (55%).

INTRAMURALES

Se mantienen en el espesor del miometrio (músculo del útero). Este tipo proliferan en la porción central del miometrio y aumentan el tamaño del útero. También son frecuentes (40%).

SUBMUCOSOS

Crecen hacia la cavidad uterina. Son los miomas menos frecuentes (5%), pero los que provocan más síntomas, ya que aumentan el sangrado menstrual (hipermenorrea) y pueden provocar anemia baja en hierro (por pérdida de sangre abundante con cada ciclo menstrual). Los miomas submucosos tienen más posibilidades de volverse malignos.

Además, los miomas subserosos y submucosos pueden llegar a ser pediculados. Esto significa que los miomas solamente están unidos al útero por un fino tallo llamado pedículo. Si se produce la torsión de éste, pueden ocasionar dolor agudo.

¿SE PUEDEN PREVENIR LOS MIOMAS?

No existe una prevención específica. Se debe llevar una vida saludable, sobre todo mantener el peso adecuado, hacerse las revisiones preventivas y aumentar la ingesta de Vitamina D y evitar los alimentos procesados. Además de incrementar la ingesta de vitamina E y omega 3 (aproximadamente por lapsos de 3 ) así como antioxidantes como la vitamina C, según algunos estudios.

¿QUIÉNES SON LAS PERSONAS MÁS PROPENSAS A PADECERLA?

Los principales factores de riesgo asociados a los miomas son:

La edad (40-60 años).

El origen de la persona (predominan en mujeres de origen africano).

Factores genéticos.

La menopausia tardía.

La menarquia precoz.

El uso prolongado y precoz de anticonceptivos.

La obesidad y el consumo de carne roja, alcohol y cafeína.

Por otro lado, situaciones como el embarazo, el consumo de frutas y verduras, bajo consumo de grasas y el tabaco, actúan como factores protectores.

Algunas mutaciones genéticas se han encontrado presentes en la mayoría de los miomas uterinos.

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