El cáncer no se detiene y aparece a cualquier edad. Para el 2050 se estima que más de 35 millones de personas serán diagnosticadas con esta enfermedad, lo que representará un incremento de 77% de nuevos casos, según lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). La obesidad, el tabaco, el alcohol, la contaminación atmosférica y el envejecimiento de la población son factores que contribuyen al creciente número de pacientes.
Aprender a identificar sus síntomas de manera precoz es clave para recibir un diagnóstico rápido y un tratamiento oportuno. Un reciente reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca que el cáncer no solo afecta a los adultos, cada vez es más frecuente en niños y adolescentes. En muchos países es la segunda causa de mortalidad infantil, superada sólo por accidentes. Anualmente más de 300.000 pequeños son diagnosticados con esta afección.
El Dr. Yan Carlos Vargas, radio oncólogo y director de Oncodrip, señala que las leucemias y los tumores cerebrales son los cánceres pediátricos más comunes. “Los niños responden mejor a los tratamientos y gracias a la combinación de métodos como quimioterapia, radioterapia y cirugía su tasa de sobrevida a largo plazo se ha incrementado considerablemente en los últimos años, en algunos casos alcanza el 70%”, refiere el especialista.
Aquí radica la importancia de que el menor reciba un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado para combatir la neoplasia que lo aqueja. De igual forma, es preciso que el médico haga un seguimiento del desarrollo físico, cognitivo y estado nutricional del menor, a fin de evitar que el cuadro se complique. El abordaje multidisciplinario cumple un papel decisivo para su recuperación.
RECONOZCA LAS SEÑALES DE ALERTA
A diferencia del cáncer en adultos, el cáncer infantil no se puede prevenir. Por ello, es fundamental que los padres observen cualquier signo de alerta en sus hijos. Si observa que la salud de su hijo es frágil o está débil llévelo al especialista de inmediato para que lo evalúe y descarte cualquier enfermedad.
La OPS calcula que en América Latina 10.000 niños y adolescentes mueren cada año de cáncer. Reconocer sus síntomas en forma temprana, incrementa las posibilidades de vencer esta patología. La Iniciativa Global para el Cáncer Infantil (GICC) de la OMS indica que estas son las principales señales de alarma. Preste atención.
- El niño y/o adolescente no tiene apetito y siempre está cansado.
- Dolor de cabeza persistente o vómitos que poco a poco van empeorando.
- Mancha blanca en el ojo, estrabismo de nueva aparición o hinchazón alrededor de los ojos.
- Moretones, sangrado en nariz o encías o dolor general de huesos sin razón aparente.
- Palidez, pérdida de peso inexplicable, fiebre y tos persistente.
- Dificultad para respirar y sudoración por las noches.
- Aparición de bultos o hinchazón en cuello, axilas e ingle. Preste mucha atención si no duele y si no son signos de ninguna infección.
- Hinchazón abdominal.
- Puntos rojos en el cuerpo.
- Mareos, pérdida de equilibrio o coordinación.
Si reconoce alguno de estos síntomas, lleve a su hijo al médico. No espere a que su salud empeore. Un diagnóstico temprano puede ayudar a vencer la enfermedad más rápido. Los cánceres pediátricos tratados en forma oportuna y precoz tienen una alta tasa de sobrevida.
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