El cáncer de pulmón es uno de los cinco cánceres más mortales en el Perú. Este ha aumentado en un 24% en comparación con el año 2021 según un informe de la Oficina de Inteligencia e Información Sanitaria de EsSalud, por lo cual es importante que tomes en cuenta las señales
El Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) ha destacado la importancia de la prevención y la detección temprana como herramientas fundamentales para reducir la incidencia y mortalidad -considerando además que son más de más de 175,000 ciudadanos en el país padecen de enfermedades oncológicas-. Estas son algunas de sus recomendaciones:
- No fumar y evitar la exposición al humo del tabaco.
- Consumir alimentos vegetales ricos en fitoestrógenos y fibra, como cebolla, brócoli, col, coliflor, nabos, manzana, toronja, tomate y cítricos.
- Evitar las grasas saturadas y el consumo de alcohol.
- Realizar actividades físicas durante al menos 30 minutos diarios.
En ese sentido, es importante estar atento a algunos síntomas que podrían indicarnos que debemos acudir a un especialista, como dolor en el pecho, silbidos en la respiración, tos con sangre, ronquera, sensación de cansancio constante y pérdida de peso inexplicada. Sin embargo, estos síntomas suelen aparecer en etapas avanzadas del cáncer de pulmón, donde el 95% de las veces, el diagnostico se realiza en una fase tardía. Según el Ministerio de Salud (MINSA), la edad promedio de reconocimiento de la enfermedad es a partir de los 65 años.
En la lucha contra esta enfermedad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la implementación de dispositivos médicos, los cuales desempeñan un papel crucial en el diagnóstico temprano, la administración del tratamiento, la reducción de complicaciones y la mejora de la calidad de vida. Según datos de AdvaMed y Espicom, el uso de estos dispositivos puede prolongar la vida de los pacientes afectados en aproximadamente 3.2 años.
Finalmente, es importante gestionar la enfermedad a lo largo de todo su ciclo, abarcando la prevención primaria, el diagnóstico, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos. En este contexto, los dispositivos médicos respaldan la gestión clínica de los pacientes y optimizan la obtención de resultados en salud.