La Covid-19 ha traído una serie de cambios en nuestro estilo de vida a nivel mundial, una de ellas: la alimentación. Recordemos que la comida es un regulador emocional, y que, al estar dominados por estas, nos puede llevar por dietas restrictivas, hipofágicas o hiperfágicas, situaciones que no brindarán los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Durante estos años, se ha hecho más conocida la alimentación consciente, este es un proceso que pone atención a nuestra alimentación en relación con nuestros propios procesos autocríticos, nuestra autoestima, sentimientos y pensamientos.
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“El mindful eating pone énfasis en estar muy conscientes de las implicancias de nuestras emociones en la alimentación que llevamos. Es importante regularlas al momento de alimentarnos. Esto beneficia a la persona pues se alimentan mejor, se nutren mejor y evitan las dietas restrictivas, que muchas veces no son eficaces a largo plazo”, señala Karen Quiroz, directora de la carrera de Nutrición y Técnicas Alimentarias de la Universidad Le Cordon Bleu.
Una alimentación consciente está relacionada con el cambio de hábitos alimentarios, y el cuidado de la salud con un efecto mucho más duradero. Por ello, Karen Quiroz brinda una serie de recomendaciones que podemos poner en práctica para empezar con una alimentación consciente:
- Ponerle atención a nuestra alimentación y evitar el comer emocional: Comer despacio y masticar bien.
- Diferenciar las formas del “comer consciente”, esta debe ser para alimentarnos (en el proceso la persona se siente gradualmente saciada, nos satisface) del “comer emocional” (es mental, viene repentinamente, no satisface, se come de manera rápida).
- Cuanto más consciente uno se alimente, la cantidad de alimentos tiende a reducirse, encontrando la saciedad más no la sensación de embotamiento (llenura en exceso).
- Regular nuestras emociones estando conscientes de nuestro estado emocional. Podemos practicar disciplinas de meditación que nos ayuden a manejar las emociones y disminuir la ansiedad.
- Nuestros pensamientos deben de regularse no por impulso sino por la conciencia de querer alimentar nuestro cuerpo.
- Prestar atención a las sensaciones físicas. Cada persona es distinta, por ello es importante identificar a tu propio cuerpo, sus condiciones físicas, relacionadas con la alimentación, como: evaluar cansancio, el sentir hambre, pero diferenciándolo de la ansiedad.
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Finalmente, puede haber confusión en pensar que alimentarse de manera consciente y alimentarse de manera saludable es lo mismo. Están relacionados, sin embargo, no son lo mismo, la especialista indica que “La alimentación saludable son el conjunto de hábitos alimentarios con la incorporación de alimentos que nos brindarán todos los nutrientes que necesitamos, en cambio la alimentación consciente se relaciona con el cambio de hábitos alimentarios, pero identificando nuestras emociones y nuestro cuerpo con sus propias características y necesidades”.