En los últimos años, se habla mucho sobre el uso del aceite de coco en la cocina, pues se dice que tiene beneficios para el organismo. Además, algunas personas lo usan para combatir algunos hongos, pero ¿qué tanto sabemos sobre este producto?, ¿Es realmente beneficioso para el consumo humano?
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La licenciada Jenny Vivas Chuquillanqui, nutricionista de SANNA Clínica San Borja nos resuelve algunas dudas sobre este producto, así que toma nota:
El aceite de coco proviene del fruto seco de la palmera de coco. El aceite de coco está compuesto por casi el 100 % de grasa, y del 82 al 92 % de esa grasa es saturada, a temperatura ambiente se mantiene sólido. Por este motivo, se le debe llamar grasa de coco.
Sin embargo, es mejor el uso del aceite de coco extra virgen (no pasa ningún proceso químico) porque aporta flavonoides y contiene elementos como el manganeso, potasio y fósforo.
El aceite de coco brinda energía, es saciante, tiene un efecto antibacteriano y antiséptico. Asimismo, mejora los procesos neurodegenerativos, además de contar con muy buenos beneficios comprobados para la piel.
Por el contenido de grasas saturadas pueden elevar los niveles de colesterol (LDL = colesterol malo) hasta la obstrucción de arterias y aumento en el riesgo de padecer enfermedades coronarias, es por ello que se recomiendo usarlo con supervisión de un especialista.
La respuesta depende de qué grasa o aceite utilicemos habitualmente para cocinar. Si utilizas aceite de oliva extra virgen y vas a cambiar por aceite de coco para cocinar no es muy buena idea.
Particularmente, no lo indico. Si deseas usarlo en forma esporádica no habría problema porque tolera temperaturas altas > a 170° cuando empieza a humear, inicia a descomponerse y a perder sus propiedades.
En Chile, hace unos años se han realizado algunos ensayos clínicos en personas adultas mayores con problemas de cándida oral, teniendo un resultado eficaz por sus propiedades antimicrobianas, pero considero que debemos seguir investigando para poder recomendar con sustento científico.
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