No se trata de llegar a extremos, sino de equilibrar tu alimentación. Foto: Istock.
No se trata de llegar a extremos, sino de equilibrar tu alimentación. Foto: Istock.

Una buena alimentación significa consumir los nutrientes que el organismo necesita para funcionar correctamente, todos los días en las cantidades necesarias; esto es ‘comer inteligentemente’.

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Si los consumimos con buenos patrones, podremos hablar de un buen balance.

Una mala alimentación significa tener excesos, deficiencias y carencias de nutrientes en la misma, así como comer solo un grupo alimentario o dejar de comer algunos que necesita tu cuerpo.

La palabra clave es ‘información’: consultando a profesionales de la salud y nutrición, leyendo artículos de fuentes reales y libros sobre alimentación autorizados. No creer en todo lo que nos dicen en internet donde recomiendan alimentos mágicos y dietas milagrosas llenas de grasa que terminan empeorando la salud.

El ser humano es omnívoro (podemos comer de todo) y necesita alimentos naturales y variados para funcionar correctamente, mantener su integridad física y emocional, y para tener una mejor ‘calidad de vida’.

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