Estas todo el día en la calle y llegas a casa con ganas de comerte el mundo porque hoy fue un día muy agotador. Abres el refrigerador y encuentras de todo, desde una pizza congelada de hace una semana hasta vegetales.
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Ahora piensas qué puedes elegir si no quieres que te pase factura en los siguientes días y empiece a ajustarte la ropa.
Es común la frase desayuna como rey, almuerza como príncipe y cena como mendigo, es verdad y es mentira a la vez.
Si en la noche llegaste a casa y vas a descansar, tus necesidades de energía van a ser mínimas y eso implica que no necesitas comer mucho.
Puede ser algo ligero como una fruta, una manzana o durazno no una sandia, o un vaso con yogur o huevos revueltos o menos de la mitad de lo que almorzaste.
Pero si vas a estar despierta (o) y con mucha actividad física tu comida debe ser grande tanto como un plato de comida. Sabiendo esto cuidarás tu peso.
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