El Canal de Panamá, que permite el tránsito de buques entre los océanos Atlántico y Pacífico, es hoy noticia porque el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con recuperarlo por la fuerza tras 25 años de su entrega a los panameños.
Luego del fracaso de los franceses por construirlo, Estados Unidos promovió y financió la independencia de la provincia colombiana de Panamá que, convertida en país en 1903, entregó las obras a los norteamericanos a cambio de otorgarle la concesión de los derechos de explotación del canal a perpetuidad.
Esa renuncia a la soberanía sobre el canal y la franja adyacente -donde se aplicaban leyes estadounidenses- motivó el reclamo del pueblo panameño.
Eso hasta el 7 de setiembre de 1977, cuando los presidentes de Estados Unidos, Jimmy Carter, y de Panamá, Omar Torrijos, firmaron el Tratado Torrijos-Carter, por el que los estadounidenses se comprometieron a devolver a los panameños el control completo del canal el 31 de diciembre de 1999. Y así fue.
Desde entonces, la administración panameña del canal ha sido exitosa y la vía se amplió entre 2009 y 2016 para permitir el tránsito de inmensos buques. Eso sí, las tarifas de paso o peaje se han incrementado para malestar de Trump, quien por ello pretende retomar el canal.