Si te sostienes con muletas o estás en silla de ruedas, esto no es pretexto para dejar de hacer ejercicios. Puedes hacerlo, es más, ¡debes hacerlo! para convertirte en una persona más independiente, mantener tu peso adecuado, fortalecer los músculos y sentir bienestar interno.
Así lo recomienda Humberto Díaz, fisioterapeuta de Solidaridad Salud, quien añade que los ejercicios dependerán del tipo de discapacidad que tenga el paciente. “Para ello deberá acudir a un especialista, a fin de que lo oriente y no sufra alguna lesión por hacer maniobras incorrectas”, advierte.
EN CAMA
Hacer flexiones con los brazos, pero en cada mano deben tener una pesa (de 2 y 4 kilos) para darle más firmeza al ejercicio. Inhalar aire por unos segundos y luego exhalar lentamente para reforzar los pulmones. De estar en la cama, realizar estiramientos de un lado hacia el otro, a fin de evitar las úlceras por presión (escaras) en la espalda.
EN SILLA DE RUEDAS
Aquellos con parálisis en las piernas son los que menos se ejercitan, pese a que su condición así lo exige. Las personas que están en sillas de ruedas –señala el experto- necesitan fortalecer sus brazos para trasladarse con mayor facilidad y mejorar su capacidad respiratoria.
EN MULETAS
Si el paciente puede caminar con la ayuda de un bastón, muletas o andador, entonces deberá reforzar brazos y piernas. Dependiendo de la lesión, flexionar las piernas con cuidado como si estuviera subiendo o bajando las escaleras. No olvidar mover los brazos, pero con una pesa de un kilo en cada mano. Es necesario que se practiquen los ejercicios en las mañanas y las tardes.
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