Las personas manipuladoras no suelen tener muchos escrúpulos, una vez que detectan tu punto débil lo usarán para hacer lo que quieran contigo. Te harán renunciar a tus necesidades, gustos y valores, para poner los suyos propios por delante. Al inicio te hacen sentir bien, pero con el pasar del tiempo te van envolviendo sutílmente en su red, alejándote de tu familia y amigos. Muchos de los manipuladores que no logran sus objetivos terminan siendo violentos. ¿Conoces a alguien así?
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La psicóloga Lucila Bergonzi comenta que los manipuladores suelen ser personas inseguras, con baja autoestima, pero intentan dar la imágen opuesta. Sus temores e inseguridades son encubiertos bajo actitudes egoístas y dominantes.
La inseguridad del manipulador hace que emplee técnicas para resolver sus problemas basadas en la agresividad activa o pasiva. Suelen ser egoístas y tener un evidente déficit de habilidades sociales que le lleva a emplear primero medios sutiles para conseguir que los demás hagan lo que él o ella quiere. Con el tiempo mostrarán su verdadero rostro y su agresividad estará a flor de piel.
Debido a la inseguridad que sienten, ellos se muestran incómodos en todo tipo de relaciones, ya sea en el trabajo, con la pareja, en su centro de estudios, y todo el tiempo juzgarán a los demás, haciéndoles ver que ellos tienen la razón en todo.
Los caracterizas de las personas manipuladoras son: una baja tolerancia a la frustracción. Cada vez que experimentan situaciones que consideran que los frustran reaccionan con rabia, se ponen en alerta y atacan desde la intolerancia, emplean la crítica destructiva o incluso la agresividad física y verbal en caso se sientan amenazados.
Utilizan a los demás para lograr sus fines cada vez que pueden, a menos que la persona ponga fin a esa explotación. Un manipulador no suele dejar libre a sus presas, sino que intenta exprimirlas al máximo pidiendo sacrificios cada vez mayores.
Te corrige de forma suave y sutil de manera que no te des cuenta y lo obdezcas.
Da vuelta las conversaciones y situaciones con el objetivo de hacerse la víctima.
Te castiga con su silencio, ignorándote y tratándote mal. Encima te recrimina y te dice que se comporta así por tu culpa.
Provoca que hagas cosas que en realidad tu no quieres hacer.
Terminas pidiendo perdón por cosas que sabes que no hiciste y lo haces para que se calme.
Entra y sale de tu vida a su antojo, porque sabe que estás disponible.
Terminas preguntándote qué es lo que hiciste mal y por qué tienes que vivir todo esto.
Si la persona cambia la realidad a su antojo para hacer que pienses, sientas o actúes como él o ella quiere, entonces te está manipulando.
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