Es entendible que con la llegada de los hijos algunas situaciones personales pasen a segundo plano. Sin embargo, aun cuando tus prioridades cambian, jamás debes descuidar tu

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Haz un huequito en tu agenda y dedica un par de días a realizarte todos los controles necesarios según tu edad. No dejes que la rutina, el trabajo y los deberes con los hijos afecten tu bienestar. Después de todo, si uno no se cuida, ¿quién lo hará?

Por ello, la doctora Cecilia Solís-Rosas García, miembro del Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife, comparte unos consejos prácticos para cuidarse ni bien llega la maternidad:

  • Mucho ojo con tu alimentación

Es clave llevar una alimentación balanceada que nos brinde todo lo que nuestro cuerpo necesita. Consume frutas, verduras, cereales integrales y legumbres y alimentos ricos en fibra. Reduce la ingesta de frituras, productos con azúcares refinados o altos en sal. Trata de consumir proteínas magras, como pechuga de pollo, pescados grasos, lácteos descremados y alimentos que nos brinden grasas saludables, como los frutos secos y semillas.

  • Hidrátate muy bien

Por lo menos 2 litros de agua al día y distribuidos desde la mañana hasta la noche. Recuerda que estos litros deben ser de agua pura o de mesa, no cuentan los jugos, infusiones, café o refrescos.

  • Haz la actividad física que disfrutes

No es necesario ir al gimnasio. Puedes caminar, bailar, nadar, jugar con tus hijos, caminar con la familia. También es importante mantener un hobby para reducir el estrés propio de la vida familiar y laboral.

  • Cuida tu espacio personal

Separa un tiempo de la semana para ti, aprovecha en relajarte y recargar energías.

  • Dale la debida importancia a tus horas de sueño

Se dice que las mamás duermen poco, pero la verdad es que esto terminará perjudicando tu salud. Si no puedes conciliar el sueño, realiza ejercicios de respiración que te relajarán y así dormirás plácidamente. Aprovecha las horas libres para descansar.

  • Anda a tus chequeos médicos, no esperes que te duela algo para ir

Aunque te dé miedo, no dejes de ir al médico. Recuerda que es mejor prevenir que lamentar. Date un tiempo para acudir a tus controles mensuales o anuales. No pongas excusas.

Estas simples recomendaciones pueden hacer grandes cambios en la vida de las madres, sobre todo de quienes tienen una rutina muy ajetreada. Celebremos estar bien y sentirnos plenas.

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