‘A mi corazón le debes 2500 suspiros. Si alguna vez lo has pagado, enséñame tu recibo…’ así canta Cristina Halanocca Mamani (41), mientras empuja su carrito hacia una avenida cercana a su casa, en Chorrillos, donde se quedará hasta la 10 de la noche vendiendo salchipapas, mollejitas y pollo broaster. Pero ella no solo es negociante, los fines de semana se transforma en la ‘Flor de Sicuani’ e interpreta sus exitosos temas folclóricos.
Cristina, ¿lleva mucho tiempo cantando?
Ufff, desde los 15 años… y aún estoy joven (risas). Desde muy chica me gustaba cantar, incluso participé en un concurso en mi pueblo Canchis (Cusco) y gané. Mi pasión es la música folclórica.
¿Alguien en su familia también lleva la vena artística?
Mi hermana, pero cuando se casó dejó de hacerlo. Es una pena, ella tiene una gran voz.
¿Por qué decide dejar Canchis y venir a Lima?
Como todos, buscaba un futuro mejor. Llegué a la capital y empecé a trabajar en diferentes cosas.
¿No se dedicó a cantar?
No, pensé que aquí no le daban importancia a la música folclórica. Después descubrí que estaba equivocada. Un día pensé, debo seguir cantando y lo hice, Incluso mandé a confeccionar mi traje. Ahora hago presentaciones en cumpleaños, reuniones familiares y fiestas patronales.
En su traje dice ‘Flor de Sicuani’, ¿qué significa?
Es mi nombre artístico, en honor a uno de los distritos de mi pueblo.
Pero no solo se dedica a la música, también tiene otro negocio…
Hace tres años asaltaron a mi esposo, lo dejaron grave. Gastamos mucho dinero en su recuperación y quedamos muy mal económicamente. Eso me obligó a buscar otro ingreso, ahí es donde decido comprarme un carrito salchipapero y salir a vender.
¿Y qué tal la venta?
Hay días buenos y días malos, no me quejo. Siempre llevo algo a casa.
¿Su esposo la apoya en su faceta de cantante?
Sí, es como mi mánager (risas). Me acompaña a todas mis presentaciones.
¿Alguna artista ha sido su inspiración?
Alicia Delgado y Rosita Espinar, me gustan sus canciones y cómo las interpretan. Aunque yo también tengo mi estilo.
¿Qué siente al pisar el escenario?
Felicidad, ahí olvido todas mis penas. La música folclórica es parte de mi ser, creo que yo nací para cantar. Pero también soy comerciante.
¿Nos puede contar alguna anécdota de sus presentaciones?
En una ocasión, me puse muy nerviosa al ver a la gente, eso causó que me olvidara de la letra de la canción. Me puse roja y no sabía qué hacer. Miraba a todos lados hasta que me dije, sé fuerte. Empecé a cantar lento, después ya tomé confianza y hasta interactué con el público.
¿Tiene alguna cábala o costumbre antes de subir al escenario?
Sí, solo digo: ‘Mamita, guíame’ (lo dice con voz melancólica y mirando al cielo).
¿Ha pensado en grabar un disco?
Claro. Iba a grabar un disco con canciones propias, pero el asalto a mi esposo hizo que todo quedé en stand by. Sé que más adelante se dará.
¿Cuál es su sueño?
Interpretar mis propias canciones y tener una orquesta. Cuando tenga mi disco grabado, mi primera presentación será en Cusco.
Si alguien quiere que cante en su fiesta o reunión, ¿cómo la ubican?
Pueden llamarme al 993-839560 o al 999-018137.
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