
Un perro puede parecer activo, comer bien y mover la cola como siempre, pero eso no significa que esté completamente sano.
Muchas enfermedades avanzan sin dar señales claras, y cuando los síntomas aparecen, ya es tarde o más difícil de tratar. Por eso es clave llevarlos al veterinario aunque no estén enfermos.
Una revisión al año puede detectar problemas ocultos, actualizar vacunas, evaluar dientes, peso, piel o hacer análisis que nos den una foto real de su salud.

Lo mismo va para los gatos, que disimulan aún más el malestar. Cuidar no es solo reaccionar cuando algo está mal. Es adelantarse, prevenir, asegurarse de que todo esté bien antes de que algo falle.
Es parte del compromiso que asumimos cuando decidimos tener una mascota. Porque no basta con quererlos. También hay que cuidarlos como merecen.










