Durante el , la se deshidrata, reseca y, en algunos casos, tiende a volverse escamosa. Martina Gómez, directora del Centro de Terapia Alternativa y de Antienvejecimiento, explica que esto se debe a los cambios bruscos de temperatura. Sí, el viento agrede tu piel cuando te desabrigas. De igual manera, cuando estás en un ambiente frío y tomas una ducha caliente, el vapor agrieta de a pocos tu cutis y las líneas de expresión se notan más.

Lo mejor, asegura la experta, es aplicarse una loción hidratante por las mañanas y una crema nutritiva por las noches, de modo que le devuelva el agua al rostro y renueve las membranas celulares de la piel.

EL PODER DEL COCO

Gómez sugiere aplicarse semanalmente una mascarilla de aceite de coco (lo venden en supermercados y ferias orgánicas). Coloca un poco de este producto al aire libre para que se vuelva una pasta. Al día siguiente, mézclalo con una pequeña cantidad de palta y échatelo en la piel (incluyendo los párpados). Deja actuar 25 minutos. Retíralo con papel tisú y enjuaga con agua tibia.
Luego, rocía agua de azahar sobre tu cutis, deja que se absorba y listo.

PIELES GRASAS

Aunque tengan una capa protectora de grasa, también se deshidratan porque pierden agua. El coco y las cremas las benefician.

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