Quieres ponerte los zapatos que te encantan, pero no puedes porque tienes una molesta ampolla que te impide caminar con comodidad, o tal vez, ese zapato es el causante de esa herida. Pero eso no quiere decir que debas arrojar el zapato al tacho, existen algunas soluciones para evitar que ese zapato te siga causando molestias o que las ampollas no te dejen lucir bien.
Lo primero que debes saber es que las ampollas se producen por la fricción a causa de un calzado muy ajustado, ese constante roce y presión hacen que tu piel se irrite y aparezca esta molestia.
¿Cómo lo solucionas? Sencillo, solo debes evitar comprar calzados que sean muy exactos o que te queden pequeños, recuerda que muchas veces terminas usándolo durante todo el día. También es recomendable usar medias de algodón o licradas.
El talco y la vaselina también son una buena solución, ya que evitan que la fricción dañe tu pie.