Sencillo y barato, el lapicero o bolígrafo que hoy todos usamos es una creación de László József Bíró, inventor y periodista húngaro nacionalizado argentino, que patentó ese instrumento de escritura el 10 de junio de 1943, en Buenos Aires.
Nacido el 29 de setiembre de 1899 en Budapest, László Bíró falleció un día como hoy, 24 de octubre de 1985, en la capital de Argentina.
Aunque el primer bolígrafo se patentó en Estados Unidos en 1888 por el inventor John J. Loud, no salió a la venta y la patente caducó.
Así, László Bíró fue quien, a fines de los años 30 y con ayuda de su hermano químico George creó el lapicero al conseguir una tinta ligera que desde su depósito caía sobre una diminuta bolita de acero que permitía realizar trazos uniformes sobre papel y superficies similares.
El bolígrafo se lanzó al mercado en 1943 con el nombre de birome (por los apellidos de los hermanos Bíró y su socio Juan Jorge Meyne).
Bíró comercializó la licencia en la empresa francesa Société PPA, de Marcel Bich, quien en 1953 acortó su apellido al de Bic, nombre con que el bolígrafo se comercializó por millones en todo el planeta.
El mundo dejó de usar la pluma fuente y el lapicero se hizo universal.
Otros inventos
László Bíró dejó 32 inventos, incluidos una lavadora y el sistema electromagnético del tren bala.
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