Con el control del mar, una vez muerto el almirante Miguel Grau y capturado el monitor ‘Huáscar’ (en el Combate de Angamos, el 8 de octubre de 1879), Chile se lanzó sobre la conquista del territorio peruano que ambicionaba. Tomó Tarapacá, en noviembre de 1879, y luego desembarcó sus tropas en Ilo y Pacocha (Moquegua), para después vencer a los aliados peruanos y bolivianos en la Batalla de Los Ángeles, el 22 de marzo de 1880.
Rumbo hacia Tacna, las tropas invasoras, al mando del general Manuel Baquedano, se enfrentaron a los ejércitos aliados del Perú y Bolivia, dirigidos por el general boliviano Narciso Campero (recién elegido presidente de su país), en la Batalla del Alto de la Alianza (en la meseta del Intiorko), en Tacna, en acción bélica que se realizó el 26 de mayo de 1880.
Trece mil chilenos con modernas armas y provisiones se enfrentaron a nueve mil soldados aliados con escasas municiones y armas antiguas.
El valor de peruanos y bolivianos casi los lleva a un heroico triunfo, pero su viejo armamento frente a una infantería chilena con modernos fusiles, convirtió lo que parecía una victoria en una nueva derrota.
Los heridos peruanos fueron llevados a Tacna, hasta donde llegaron tropas chilenas que los sacaron de hospitales y ambulancias para asesinarlos, bajo la orden de que no debía haber prisioneros.
El 7 de junio de 1880, en la Batalla de Arica, Chile venció y se apoderó hasta hoy de esta provincia peruana.
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