
A la hora de engordar, tanto el hombre como la mujer son completamente diferentes; la distribución de grasa obedece a cuestiones hormonales y constitucionales.
Sin embargo, existen patrones de ganancia de peso similares que se han observado en los últimos años, ya que la actividad del ser humano, junto con su mala alimentación, le ha valido ganar esos kilos de más. Pero también ha influido en que esta grasa se deposite en ciertas zonas del cuerpo.
Una mujer suele almacenarla en las piernas, muslos, caderas, abdomen, busto y espalda, mientras que el hombre lo hace generalmente en el abdomen. A la hora de hacer un diagnóstico nutricional es importante evaluar si tienes sobrepeso u obesidad, identificar qué está provocando el aumento de grasa y en qué zona del cuerpo predomina.

Las medidas a adoptar irán en función de esos parámetros, permitiendo orientar el tipo de alimentación y la actividad física adecuada. Una dieta ‘de moda’ nunca podrá ser realmente útil, ya que todos somos diferentes.
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