Siempre se muestra seria ante cámaras, pero debajo de esa apariencia hay una mamá y abuela engreidora. Así es doña Peta Gonzales, embajadora de Metro y madre de nuestro capitán Paolo Guerrero. Ella nos abrió su corazón.
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Mis tiempos libres a veces son cortos. Me ocupo mucho de mi familia, las cosas de mis hijos y nietos. Siempre estoy para ellos, aunque a veces bromeo y les digo: ‘¡Ya olvídense de decir mamá! Ja, ja, ja’.
Soy una mamá más de hechos que de palabras. No soy la más cariñosa llenando de palabras de amor, pero me preocupo de los detalles.
Soy bien engreidora. Comparto muchísimo tiempo con mis nietos. Tenemos mucha complicidad y confianza.
Él siempre fue travieso, pero correcto. Cuando trabajaba lo dejaba con mi mamá y ella le decía para dormir. Él decía que ya, pero luego dejaba almohadas en la cama y se iba a jugar pelota.
Lo extraño mucho. Es muy difícil la distancia. Todo lo que le pasa me cuenta. Con Paolo hablo todos los días, qué hizo, si entrenó…
Cuando voy a Brasil vamos a pasear, a comer, y cuando él viene le preparo su comida, salimos.
Es la sopa criolla con frijoles y carne. Mi familia siempre me lo pide y lo preparo con mucho amor. Pero cocino de todo.
Sí y ha sido una linda experiencia que nos ha permitido Metro. Porque realmente nos tenemos un cariño tan grande que traspasa.
Buscamos resaltar la disciplina y los valores que hay que inculcar en los hijos, así como la unión familiar.
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Que mis hijos me quieran y me engrían. Esa es mi alegría más grande. Yo doy todo por ellos y se siente lindo que ellos también den todo por mí.
Que sean amigas de sus hijos y los acompañen siempre, que creen esa confianza y complicidad con ellos. Ser el soporte que necesitan e inculcarles los mejores valores.
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