‘Uno nunca deja de aprender, menos un maestro’, dice Timoteo Trinidad Tinao (63), un profesor que está a punto de jubilarse, pero que ha aprendido a usar la tecnología para educar a sus estudiantes.
Él no usa pizarra ni tizas, prefiere las aplicaciones educativas y proyecciones audiovisuales para captar la atención de los escolares del colegio José María Arguedas 7081, en San Juan de Miraflores.
En su salón no veo libros ni cuadernos, ¿cómo estudian sus alumnos?
Con tablets. Ahora la educación tiene que ir de la mano de la tecnología. Esta es la manera en que los chicos ponen más atención y aprenden rápido.
Pero no todos tienen al alcance una tablet...
Es cierto, aún los colegios están luchando por adquirir estos recursos, pero este es el futuro de la educación, el uso de tecnologías.
¿Hace cuánto usted usa tablets en su clase?
Es una iniciativa reciente, pero que ha dado grandes resultados. Los chicos entienden más rápido las matemáticas. Cuando enseñaba usando pizarra, no querían copiar, se ponían inquietos, se aburrían.
¿Le fue fácil aprender a utilizar este tipo de programas?
Al comienzo no. Tengo 33 años como profesor, y pasar de los libros y escribir en pizarras a utilizar programas y aplicaciones tecnológicas fue un poco complicado, pero sé que hoy la mejor manera de enseñar es a través de estos equipos, por eso decidí aprender.
¿Qué comentarios tenían sus otros colegas?
Ellos me preguntaban para qué lo hacía, si ya me iba a jubilar. Yo les respondía que uno nunca deja de aprender, y menos un profesor. Por nosotros pasan los futuros ingenieros, doctores, todos los profesionales.
¿Y dónde aprendió?
Fui parte de una capacitación gratuita que organizó la Fundación Telefónica.
¿Cuántos alumnos tiene en su aula de 6.° grado?
Son 30.
¿Qué es lo más difícil de ser profesor?
Además de compromiso y paciencia a los alumnos, un profesor tiene que saber de psicología, tecnología y hasta de primeros auxilios.
¿Cuál es la mayor satisfacción de esta profesión?
Encontrarse con alumnos egresados hechos todos unos profesionales y que te digan: ‘Usted era mi profesor favorito’, ‘Con usted aprendí’. Eso para mí es el mejor de los regalos.
¿Es casado?
Sí, y tengo cuatro hijos.
¿Cómo descubre que quiere ser maestro?
Porque de pequeño siempre me gustaba explicarle a mis compañeros las tareas, ayudarlos. Y disfrutaba mucho haciendo trabajos en grupo.
¿Cómo va a celebrar su día este jueves 6 de julio?
Junto a mis alumnos.
¿Ya sabe qué hará cuando se jubile?
Me gustaría seguir enseñando o tener mi propio colegio.
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