El color es uno de esos elementos esenciales para darle vida a cualquier espacio o ambiente. Decide qué quieres transmitir en cada ambiente y escoge entre uno de estos tonos.
COLORES NEUTROS.
Si quieres un interior tranquilo y reposado, opta por el color blanco y los tonos beige y arena. Además, aumentan la sensación de espacio. Pero si tienes niños, olvídate de esta paz. Puedes escoger colores primarios un poco más fuertes en sus habitaciones, como el amarillo. Desarrollarás su energía.
AMARILLO.
Con él puedes llevar la luz del sol a un ambiente apagado, o dar vida y calidez a un ambiente aburrido. Eso sí, ilumina con luz amarilla esa habitación para que elimines el resplandor de los muros.
ROJO.
En estado puro es el color más excitante. Mezclado con amarillo, invita a comer y anima la vida social. Para no recargar, limítalo a un solo muro, quizás en tu comedor. Sus gamas van desde el rosa y el anaranjado, a los sofisticados morados.
VERDE.
Puedes utilizarlo como comodín, según la cantidad de amarillo y azul que contenga este color en la mezcla. Conseguirás un aspecto cómodo y elegante. Ideal para los zócalos en el jardín o la habitación que se encuentra al lado de las áreas verdes.
AZUL.
Si prefieres la sensación de frescura y relax, éste es tu color. Pero según su intensidad y la luz que la acompañe, su efecto puede ser lo contrario: muy frío.
Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter, y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.
Contenido GEC