A sus 45 años, el cantante y animador de cumbia Carlos Loli Zavaleta jamás se imaginó que tendría que dejar el género de sus amores y convertirse en un mariachi de barrio para sacar adelante a su familia. Él, debido a la pandemia, tuvo que salir a las calles y cantar música mexicana para llevar dinero a casa.
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Era cantante y animador de cumbia. Trabajé por muchos años en la orquesta Caña Brava y también con Lucho Paz.
Fue muy fuerte para mí y para todos los músicos porque tuvimos que parar de un momento a otro. No tenía ingresos y me compré un parlante, me puse mi terno y salí a cantar a los mercados de Los Olivos.
Es que las personas se acercaban y eso generaba aglomeración. Incluso, la Policía me llamó la atención. Por eso, decidí enfocarme en cantar rancheras.
Sí. Me empezó a ir bien y decidí comprarme todo mi traje para que me vean bien.
Sí, claro. Incluso como saben que era animador me llamaban para que promocionara sus negocios. Me daban una propina por cantar y por animar.
Al principio me preguntaba: ¿Cómo voy a salir luego de que la gente me ha visto en la televisión y conciertos? Pero por otro lado me decía: Debo seguir adelante por mi familia. Mi mamá me necesita. Y así lo hice.
Claro. Es el género en el que me inicié. Al que le entregué mi vida.
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Ahora trabajo por contrato. Son 45 minutos de show. También llevo unos trajes típicos que uso para armar una especie de hora loca. Todo desde las puertas de las casas, no ingreso porque tenemos que seguir cuidándonos.
Me pueden encontrar en Facebook, Instagram y hasta en TikTok como Carlos Loli y orquesta.
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