A partir de los 7 años, tu perro es un adulto mayor y requiere una alimentación con cuidados adicionales a los que se tenía cuando era joven.
Con más años, lo normal es que comer dos veces al día le sea insuficiente y necesite de cantidades más pequeñas, pero con mayor frecuencia.
Para potenciar el aroma y el sabor de la comida, sírvela a temperatura ambiente, aconsejan expertos de Purina. Si la comida húmeda está en la ‘refri’, ten cuidado al calentarla porque el perro podría quemarse al ingerirla.
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Con comida seca y húmeda hay que consultar con el veterinario la medida en razón al peso y la condición física del can, ya que los perros viejitos suelen engordar y eso daña sus articulaciones, estómago y corazón.
Elige un lugar tranquilo, un plato elevado del suelo (para que no maltrate su cuello al agacharse, podría tener artritis) y dale agua potable limpia y fresca, de día y de noche.
Si acabas de cambiarle la comida por otra diferente, sigue las instrucciones del envase. Y lleva a tu perro a la balanza con frecuencia para regular su alimentación. Si sube o baja mucho de peso, consulta al veterinario
Datito:
* Si le das alimentos secos, guárdalos en envases herméticos para que mantengan su aroma.
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