La chica de los ojos expresivos y sonrisa fuerte está de regreso. La actriz sigue, pero la cantante ha nacido. Nataniel Sánchez, la que el Perú hizo popular como Fernanda de las Casas, partió a España y en su retorno al país viene con su tonada española, donde la ‘z’ a veces reemplaza a la ‘s’ y sorprende con una nueva faceta: cantautora. Estrena el tema ‘Yo soy la que te dice adiós’ y no tiene problemas en reconocer que es un sinceramiento de su historia. Es correcto especular si es para un tal Erick Delgado o quizás Mario Hart, o tal vez no.
Nataniel, ¿el tema es tomado de tu vida misma?
Nace como inspiración de una relación mía.
Es un acto de valentía cortar y decir hasta acá nomás.
Una ruptura es un proceso. Primero te vas a sentir triste, luego enojado, después aceptas y finalmente te liberas.
¿Cuál es el mensaje?
Aunque cueste, yo me pongo en primer lugar.
¿Entonces?
No es cliché, para querer bien a alguien, hay que aprender a quererse de la misma manera.
¿Qué preguntas debes hacerte?
¿Cómo vas a cuidar a alguien si no te cuidas tú? El amor libre es el sano.
¿Cómo reconocerlo?
Donde hay respeto, aceptación y buscas que la otra persona sea feliz.
¿Te cruzaste con muchos que no pensaban así?
Mis relaciones se acabaron por diferentes motivos.
¿Aparecieron muchos lobos vestidos de ovejas?
Varios.
¿Les sacaste el disfraz?
En realidad, llegan como son, pero somos nosotros, por amor, que los vemos como corderos.
¿Cómo identificarlos?
Hay que observar el movimiento, las acciones y escuchar menos las palabras.
¿Qué más?
Cómo se comportan con su entorno, amistades, familia.
¿Dos señales que te indican que es hora de alejarse?
Que no sea empático, incapaz de ponerse en tus zapatos.
¿Que te llame o escriba intensamente al celular?
Es relativo. Depende con qué actitud lo haga. El controlador es uno y el preocupado es otro.
Suelen confundirse.
Algunas mujeres lo normalizan porque también son iguales.
En el boom de tu carrera, te fuiste...
No hay que esperar que las cosas vayan mal para partir.
¿Eso vale para el corazón?
Claro. La relación puede estar bien, pero si te das cuenta que hay cosas que no van a funcionar, es mejor alejarte.
Volvamos a tu partida, ¿por qué te instalaste en la ‘Madre patria’?
El riesgo fue aprender.
A los 32 años, ¿ya piensas en la maternidad?
Por ahora no está en mis planes.
¿En serio?
A los 20 años crees que lo sabes todo y en realidad no sabes nada. Muchas quedan embarazadas y es una niña criando un niño.
Estás en el tiempo exacto.
Claro, porque en la base 3 ya viviste, conociste.
Ves, es el momento...
No.
¿Cuándo?
Todavía hay tiempo para pensarlo.
¿Enamorada?
De la vida.
Es respuesta de candidata a Miss Perú.
No. Lo digo porque hay que gente que no vive, solo sobrevive.
Eres de San Miguel, ¿tienes barrio?
Mi abuela vivía en la avenida Alcázar, en el Rímac, y allí iba a verla y pasé parte de mi infancia.
¿Bailas salsa con su respectivo ‘achoramiento’?
Lo hago con calle.
¿Lisura nuestra que no dejas de utilizar en Barcelona?
C... su madre, aunque para mis amistades no significa nada.
¿La sienten como una simple expresión?
El día que me gradué en ‘Técnicas de presentación’, ellos festejaron haciendo palmas y gritando: ‘C... su madre’.
¿Dejaste bien al arte culinario?
Mis patas me escriben para que prepare huancaína y tallarines verdes. No les gusta, les encanta.
Un gran abrazo.
A ustedes por la entrevista.
Siento que su tema nace del alma y es un acto de honestidad consigo misma. Como afirmó el gran Charles Dickens: “No está en mi naturaleza ocultar nada. No puedo cerrar mis labios cuando he abierto mi corazón”.
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