Gisela Valcárcel ha causado revuelo con sus declaraciones en la entrevista exclusiva que le ofreció a Cuto Guadalupe para su programa ‘La fe de Cuto’ de Trome. En la conversación, recordó cómo logró protagonismo en ‘La Gran Revista’ y qué hizo para llamar la atención de Tulio Loza y que le dieran libretos.
“Empiezo en un café teatro haciendo ‘Calígula’ (...) Yo tenía 18 años, Ethel acababa de nacer y yo era asistente de la asistente de una secretaria y había incursionado en el café teatro solamente para ganar dinero (...) Me matriculé en clases de oratoria y aprendí a hablar”, indicó,
“Luego empecé a trabajar con Tulio Loza que me dio la oportunidad en ‘‘La Gran Revista. Un día supliqué a Lucho Carrizalez, director de cámaras, para que me permitiera decir una frase en el show. Le dije quiero decir solo que ‘el espectáculo soy yo’”, agregó.
“Salí hacer el musical y dije algo así como ‘bienvenidos a esta noche, porque esta noche es mía y el espectáculo soy yo’ y ese día pasó algo. Tulio me permitió hablar y después me dijo: ‘Mamita, qué lindo lo has hecho’. A partir de ese día me dieron libretos... Ahí me convierto en vedette”, finalizó.
Gisela Valcárcel ha hecho más de una revelación en la entrevista exclusiva que ofreció a Cuto Guadalupe en su programa ‘La fe de Cuto’ de Trome. La rubia conductora habló de sus inicios como vedette y explicó que el ingreso que llegó a percibir era 10 veces más lo que recibía como asistente de secretaria.
El exfutbolista le consultó cuánto se ganaba en aquella época y la ‘Señito’ contestó muy sincera; “Un montón de plata, la televisión siempre ha pagado, el café teatro siempre ha pagado un montón de plata”. Fue en este momento que contó cuánto era lo que le pagaban a ella y lo que hizo con su primer sueldo.
“Yo ganaba 19 soles como asistente de secretaria en Autoahorro, el sueldo mínimo. En el café teatro, siendo extra, ganaba 250 soles, casi me muero, le compré muchos vestidos a mi hija. Ese dinero viene a ser ahora lo mismo de un sueldo mínimo, pero diez veces más”, precisó.
Además, recordó que ella vio “cobrar en la caja de Panamericana, los sobres manila llenos que no eran míos. Un día un compañero me pidió que le guardara su sobre y fue la primera vez en mi vida que vi un sobre manila lleno, yo también quería, a mí me daban mis cuatro billetes, pero ahorraba, soy ahorrativa hasta ahora”.
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