“Una mañana de cielo azul y una noche de emoción, contigo quería bailar este ritmo que tiene mucho saboooor...”, ¿quién no ha bailado esta canción alguna vez en su vida? Todos. Y es que la tecnocumbia y toadas de Ruth Karina es multigeneracional, ha traspasado barreras que pocos logran. A sus 50 años, no solo es una artista imparable, sino una mujer que con tropiezos y éxitos ha aprendido a ser feliz con ella misma. Ha llorado, reído, saboreado lo que es estar en la cima y también caer hasta el hoyo profundo.
Con ayuda de Cristo, como ella misma lo dice, entendió el verdadero significado del perdón y descubrió la fórmula para seguir enamorada de sus sueños y de su esposo, quien está en la cárcel hace 13 años. Hoy está más viva que nunca, con las metas claras, los pies bien puestos sobre la tierra y entregada a lo que mejor sabe hacer: conquistar con su ritmo cada lugar que pisa.
Ruth Karina, ¿eres una mujer de sangre caliente?
(Risas) Bueno sí porque vengo de la selva (Pucallpa) y nos dicen que tenemos la sangre caliente. Pero creo que todos tenemos la sangre caliente, sino estaríamos muertos ja,ja,ja. Pero obviamente a los de la selva nos dicen así porque por el mismo clima estamos con ropita corta. El calor nos hace estar con poca ropa.
Tu música ha conquistado distintas generaciones y todavía sigue vigente, ¿qué se siente ser tan querida por el público?
Estefany, te juro que voy a estirarme la cara para que no se noten mis arruguitas ya ja,ja,ja. ¿Cómo ha pasado el tiempo, no? En primer lugar agradezco a Dios porque realmente es algo increíble que hasta el día de hoy sigan cantando mi música. En cada show me doy cuenta que la gente canta de arriba a abajo. Escucharlos me mantiene viva, de verdad.
Hasta niños bailan tu tecnocumbia...
Así es, el poder de la televisión y redes es muy fuerte. Claro también hay los que arrastran ese gusto porque papá o mamá escuchaba mi música. Seguiré cantando hasta que Dios me de vida, salud y conserve la voz.
¿Qué canción te hizo despegar?
Definitivamente, ‘Ven a bailar’. También conocida como ‘el baile del calzón’ porque fue donde Magaly ‘se quitó el calzón’, o ‘la cumbia de Pantaleón’ porque fue incluida en la película. Con esa canción me hice conocida con el grupo Euforia y ahí comenzó todo hace 25 años.
¿Lo de Magaly estuvo planeado o salió en el momento?
No, no, para nada. Salió en el momento. A ver, en ese entonces estábamos buscando una madrina y habían tres opciones: Magaly Medina, Mónica Chang o Gabriela Rivera. Al final fue Magaly, y cuando subió a bailar al escenario que era alto, como estaba con un vestidito mini, se vio un poco de su prenda íntima.
Ya me imagino los titulares...
Uy sí, al día siguiente los titulares eran ‘No se despeguen, atentos porque Magaly hizo el baile del calzón’ ja,ja,ja. Eso pasó un sábado, el miércoles ella nos invita al programa y dice ‘Ahora sí, tanto que dicen que he hecho el baile del calzón, ahora sí me sacaré el calzón’ ja,ja,ja.
Pero no era su prenda real, ¿o sí?
No, no, por supuesto que no, obviamente se pone un calzón sobre su calzón y simula que se lo está sacando. No era el verdadero. Imagínate que después de 25 años seguimos recordando eso.
Fue tal el éxito de ‘Ven a bailar’ que hasta salen cantando en la película ‘Pantaleón y las visitadoras’...
Nosotros estábamos en pleno boom, la película estaba siendo rodada en Iquitos, nos llaman y nos hicieron llevar todo hasta allá. Estábamos felices por regresar a nuestra tierra. Grabamos todo un día, fue hermoso. Muchos en el extranjero me conocen por esa película.
¿Por qué decidiste salir de Euforia cuando estaban en todo su apogeo?
Primero, porque la disquera me propuse explotar mi propio nombre e imagen. Y esa salida se apresuró porque la situación con mis compañeros se volvió insostenible. Cuando llegamos a lima, no siempre los canales invitan a todo el grupo, querían a la delantera nomás. Entonces empezaron a sentir celos y envidia profesional. El ambiente se tornó muy tenso. El manager se fue y al mes yo me fui. Realmente no quería irme del grupo, pero ya demasiado me hacían la vida imposible.
¿En algún momento te arrepentiste de dejarlos?
La verdad es que no. Pero sí sentía pena de cómo se dieron las cosas. Cuando me proponen ser solista yo dije ‘voy a agotar hasta el último con Euforia’.
Se sigue hablando de que Ana Kohler y tú se llevan mal...
Mira, nosotras nunca fuimos amigas. Cuando Magaly la presenta diciéndole ‘Ahora tú eres el reemplazo de Ruth Karina’ y ella dice ‘Yo no soy reemplazo de nadie. Yo soy Ana Kohler, soy una marca’, pero queramos o no... ese papel se cumplió. Fue mi reemplazo porque yo salí del grupo.
Así empezó el conflicto...
Entonces desde ahí ya habían sus cosas, no de mi parte porque yo soy tranquila, pero si me tocan, obviamente tengo que reaccionar. Siempre he tratado de evitar dimes y diretes. Pero ella regresó a Perú y empezó a hablar, yo creo que es estrategia de ella para hacerme pisar el palito y buscar publicidad. Ese no es mi estilo, no me funciona, mejor me callo y sigo trabajando.
Este año dijo que no grabaría un disco contigo...
Dijo que así le den cien mil dólares o algo así no grabaría conmigo, que no grabaría con un artista que no está a su nivel. ¿Eso qué quiere decir? Que yo no estoy a su nivel ja,ja,ja. A mí eso sí me incómodo. Ella dijo que era una cantautora que creaba éxitos mensuales. Lo único que puedo decir es que yo no tengo ningún problema de grabar con personas que comienzan, están a mi nivel o es más conocida que yo.
Lo importante es que te guste su música y te adaptas al toque...
Si a mi me gusta, empatamos bien, lo hacemos. No tengo ningún problema. No me considero una cantante destacada, al contrario, me sigo considerando una cantante vigente, presentándome aquí y en el extranjero, haciendo colaboraciones. Ella se metió con mi trabajo diciendo que estoy estancada y eso sí me incomodó. Preferí no decir nada hasta que nos invitaron al programa de Peluchín y ella tuvo que decir que era una broma.
Una broma bastante peculiar, ¿no?
Creo que esas bromas no se pueden hacer, no te puedes meter con el trabajo de otra persona. Ahora lo que hago con ella es evitar, no quiero estar en dimes y diretes. Evito los problemas porque al final soy un ser humano que puede molestarse y no quiero sacar esa parte de mí ja,ja,ja. Quiero estar siempre con esta sonrisa que me caracteriza. Desde que conocí a Cristo y lo puse en mi corazón, yo sonrío de corazón.
¿Y antes cómo era?
Antes solo sonreía para la cámara, pero detrás estaba agobiada, muy triste, con muchos problemas personales en el hogar que no me permitían ser feliz como soy ahora. Y así quiero estar siempre, alegre con todos. Cuando veo algo que no me gusta, me doy la vuelta y no hago caso.
La gente piensa que los famosos son felices solo por tener éxito y dinero...
Así es. Mira yo tengo 14 años de haber recibido a Cristo en mi corazón, no soy religiosa, solo lo llevo en mi corazón para tener paz y tranquilidad. Tengo muchos problemas como todos, pero antes tenía más. Tomaba pastillas para dormir, me sentía tan sola. Siempre digo que este mundo es un río muy peligroso que yo decidí no pasarlo sola sino con Jesús. La tristeza te enferma.
¿Llegaste a sufrir depresión?
Sí, claro. Yo era depresiva, lloraba, me deprimía, tomaba pastillas. Miraba la cámara y sonreía pero si ven mi mirada, era una mirada muy triste. También sentía pena por dejar a mi hijo solo y no hacer lo que todas las mamás hacían. Con ayuda de Dios ya no soy la persona que por un lado llora y por el otro ríe.
Muchas artistas hacen lo que sea para cuidar su físico, ¿pasaste por lo mismo?
Yo llegué a sufrir de bulimia porque quería estar flaca como todas las que veía. Casi me muero por una liposucción que me hice, tuve muerte clínica. Me quedé en coma tres días, estaba mal de la cabeza, no coordinaba cosas, hablaba incoherencias.
Vivías obsesionada con tu figura...
Así es. Comía y comía y luego vomitaba. Eso fregaba mis cuerdas vocales. También tomaba pastillas para no tener hambre. Era un locón. Ahora obviamente me cuido, subo de peso y bajo como todos, pero ya no estoy obsesionada como antes. Tu cuerpo es un templo y debes cuidarlo. Una vez un señor me dijo ‘Deja de vivir obsesionada con esto, gordita o flaquita tú eres Ruth Karina y la gente te ama por eso’.
¿Crees que ahí tocaste fondo?
Vamos a decir que un poco,¿no? Porque realmente era terrible. A mí me gusta comer mis antojitos y recuerdo que cuando fuimos a Estados Unidos, nos invitaron de todo y yo comía y comía. Luego me iba al baño, me metía el dedo para botarlo todo. Mi manager me siguió y me dijo ‘Qué haces’. Yo negaba. También he tomado laxantes. Fue una parte muy fuerte de mi vida, hay que saber sobrellevarlo porque si no se convierte en un vicio.
Te casaste jovencita, a los 16 años...
Es que el amor me agarró muy joven ja,ja,ja. Nosotros estábamos enamorados, pero mi mamá no quería que esté con él. Me embaracé para que me deje casarme. Él era policía y a la par estaba estudiando derecho. Yo había ingresado al instituto para estudiar Educación Inicial, pero nuestro objetivo era casarnos ya de una vez. Y mi mamá no quería.
¿Tu mamá era muy estricta?
Era amorosa pero también muy tajante. Recién cuando me embaracé dijo ‘Ya pues cásate’. Me embaracé por amor y para poder casarnos. Como tuve a mi hijo muy jovencita, luego no quise tener más. Mis respetos a las que tienen más hijos ja,ja,ja.
Tú esposo está en la cárcel hace 13 años, ¿ese día cambió tu vida?
Sí, claro que sí. Esto pasó un día antes de que yo presente un disco. Lo agarraron en una batida porque él no sabía que estaba con requisitoria porque ese caso tiene más de 30 años. A él le involucraron en un caso de drogas en Iquitos cuando yo todavía no era conocida. Yo estaba con lentes, tomé un taxi y me fui.
¿No te reconocieron?
Le preguntaron a mi hijo ‘¿Ella es Ruth Karina?’, pero él les dijo ‘No, ella es mi mamá'. Y se quedó acompañando a mi esposo. Cuando los policías se dan cuenta que era policía, le dicen por qué no avisaste. Yo llego a mi casa en un mar de lágrimas, me arrodillo y digo ‘Por qué Dios, por qué, cómo voy a vivir ahora, qué va a pasar con mi vida’. Agarré la biblia y me salió Salmo 23 “Yo soy tu pastor y nada te faltará” Fue como un cachetadón.
Una sacudida para que reacciones...
Ahora puedo decirte que sí cambió mi vida, pero para bien. Él era el manager, veía todo, yo dependía de él. Las cosas suceden por algo y no me refiero a este caso donde él fue involucrado y no tenía nada que ver, sino por cosas que él seguramente ha hecho en su vida o cosas que me ha hecho a mí. Marcó mi vida para bien. Antes era como una niña que no sabía nada, no manejaba correo ni celular, me decían canta y yo cantaba. Me enseñó a administrar mi dinero y mis tiempos. A él también le enseñó a entregarse a la palabra de Dios.
En todo este tiempo, ¿nunca te ha dicho que rehagas tu vida o conozcas a alguien?
No, no, jamás. Y esto fue gracias a que él también entrega su vida a Cristo. Él decidirá y ojalá que con ayuda de Dios todo salga bien. Mi esposo ya lleva 13 años preso, estamos en papeleos y ojalá todo salga bien. Sueño con el día que eso pase, estar aquí en la casa con nuestro hijo, nuestros nietos, o estar allá afuera trabajando. Seremos testimonio para muchas parejas de que el verdadero amor y el perdón se encuentra en Dios.
Y que cuando hay amor todo se puede...
Así es, se aprende a perdonar de corazón. Mi esposo no ha sido una blanca paloma, ha sido terrible. Pero lo perdoné gracias a Dios, sino seguiría viviendo con un sinsabor que no me dejaría vivir tranquila. Él también dijo ‘esta es una nueva vida que vamos a vivir’. Así que le pido a Dios que yo siga teniendo ojos para él y él para mí porque estamos rodeados de tantas tentaciones ja,ja,ja. Y como ser humano podemos caer.
Cuando dices que él también ha sido terrible, ¿hablas de infidelidades?
Debo admitir que sí era mujeriego, he perdonado infidelidades y yo he sido recontra celosa. Pero ahora aprendí que si él hace algo, no me lo hace a mí, sino a Dios. Y de él nadie se corre. Yo tengo claro en esta vida que todo lo que haces aquí... se paga. Si quieres tener bien, haz el bien. Si quieres tener el mal, haz el mal. Uno cosecha lo que siembra. Si él quiere hacer eso, que lo haga, yo seguiré mi vida tranquila y acompañada de Cristo. Y ya pues, si quieres irte con otra, vete pues, no voy a llorar. Ya lloré suficiente.
Muchos artistas por estar a la moda incursionan en el reguetón, ¿te animarías a hacer lo mismo?
Mira, yo me adelanté a la época. Hace muchos años hice reguetón con el único grupo que existía aquí. Hicimos ‘Mueve tu cuerpo’ con TNT. También hice salsa con Willy Rivera. También he colaborado con el grupo ‘Los Caribeños’. Si a mi me proponen cantar algo que me gusta, lo hago. La música es para compartir, vivirla, sentirla.
Eres una mujer y una artista todo terreno, Ruth Karina...
Soy muy versátil. Si algo está de moda, incluyo una cancioncita en mi show porque le gusta a la gente.
Nunca tuviste la necesidad de meterte en escándalos para ser famosa, ahora pasa lo contrario...
Es que esta pantalla es efímera, es momentánea. Una vez que conseguiste pantalla tienes que esforzarte para seguir ahí, hay que estudiar, perfeccionar lo que sabes hacer. Hay que cuidar la carrera, por eso todo lo que pasó con mi esposo yo lo mantuve en privado por muchos años, no queríamos que nada manche mi carrera artística. No tengo nada en contra de las que se meten en escándalos para ser famosas, pero no es mi estilo. Nunca lo ha sido. Siempre pienso en qué pensarán luego mi hijo y mis nietos.
¿Cómo estás viviendo esta etapa de tu vida?
Tranquila, pensando en seguir trabajando, agradeciendo que tenemos vida y salud. En un momento puede cambiar todo y la pandemia nos enseñó eso. La vida es un soplo. Agradezco que tengo salud para seguir cantando y bailando. Enfocada en mis proyectos, quieren grabar un disco vinilo con mis canciones, estoy pendiente de los shows, siempre agradeciendo que hay trabajo.
Para cerrar, ¿te arrepientes de algo?
De nada, ñañita. No me arrepiento de nada. Todo lo que he tenido que vivir tiene un por qué y un para qué. Al final son mis experiencias. Quizás si no hubiera pasado por eso, no sería la mujer que soy ahora.
¿Has hecho ‘escenitas’ de celos?
Antes he sido muy celosa, pero ahora ya no. Aprendí que los celos envenenan la mente y el alma.
Tres cualidades que te definan...
Soy sincera, amiguera, buena onda y un plus... muy servicial.
¿Cuál es tu mayor miedo?
Que algo malo les pase a mi hijo y a mi padre. Me aterra de solo pensarlo.
Si no fueras cantante, ¿qué serías?
Una linda ‘miss Ruth Karina’ de educación inicial.
El momento más difícil que has vivido...
Tengo varios. Mi accidente en el extranjero, los días que estuve en coma, la muerte de mi hermano y la situación de mi esposo. Gracias a Dios, he sabido salir adelante.
Si pudieras retroceder el tiempo, ¿a quién volverías a abrazar?
A mi mamá y le diría que la amo, que la recuerdo todos los días.
El mejor consejo que te han dado hasta ahora...
Mi mamá siempre me decía: ‘Cuida tu vida, no la desperdicies, deja de buscar tres pies al gato. Recuerda, hijita, que la enfermedad se demora en salir y la plata se demora en entrar’. También me repetía: ‘Haz el bien sin mirar a quién’.
¿Cómo te relajas?
Escuchando música suavecita y luego a dormir. Soy la persona menos fiestera del mundo.
Un plato que podrías comer todos los días sin aburrirte...
Mi delicioso juane y un sándwich mixto.
¿Eres impulsiva o piensas antes de hablar?
Antes sí era muy impulsiva, me dejaba llevar por todas esas malas maneras. Ahora respiro y me doy media vuelta.
Además de la tecnocumbia y toadas, ¿qué otro género te animarías a cantar?
Ñañita, yo canto de todo, solo tienen que pedírmelo, ja, ja, ja. He cantado salsa, cumbia, baladas, huainitos y hasta reguetón.
La primera canción que te hizo famosa...
‘Ven a bailar’, sin dudarlo.
Hay Ruth Karina para rato...
Uy, claro que sí, ñañita. Es increíble que varias décadas después la gente siga bailando y pidiendo mis canciones. Es un regalo y un honor realmente.
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