Todo empezó como jugando. En una noche fría, al ‘pie del cañón’. El antojo por un ‘pucho’ para calentar las horas de la madrugada fue la excusa inicial. Luego, todo fue obra y gracia de las redes sociales. Romina Caballero, la reportera que cubre madrugadas para ‘Primera edición’ en América Televisión, se encontraba casi a las 11 de la noche en las afueras del Congreso, a la espera de la elección del nuevo presidente y en medio de las protestas en las calles, le preguntó a un colega dónde podría comprar un cigarro. Él le ofreció uno y ella encantada respondió con un sugerente ‘¡Ya pues!’ que la ha catapultado a la popularidad.
Me escriben harto y me dicen: ‘Te invito un pucho’.
Estoy sola, si tuviera se mataría de la risa.
Me presenté con mi nombre y donde trabajo, porque uno debe ser cordial.
No me gusta que me tomen el pelo ni me agarren de cojuda.
Ya no ‘viven’ para contarlo.
En el amor soy como Susy Díaz en la playa, que la ola la revuelca.
La suerte de las bonitas... ja, ja, ja.
Hay que sufrir para valorar lo que tienes.
Tengo en exceso: de mis amigas, mi madre...
Las mujeres tenemos sexto sentido, tengo olfato de perito policial y encima, como periodista, desconfío de todo.
No hay segundas oportunidades, corto de raíz. Perdono, pero no olvido.
Prefiero que no tenga redes sociales, que sea un ‘iluminatti’.
Marco mi territorio, ja, ja, ja.
Soy de San Juan de Miraflores.
Bailo bastante.
De Rey Ruiz: ‘Fue mi media mitad’ o ‘No me acostumbro’.
‘El ratón’, de la Fania, o ‘Un periódico de ayer’, de Héctor Lavoe.
‘Cuándo vienes a mi casa para ver una película’.
Oye, no me ‘florees’.
Tengo que dormir, me dio sueño...
Hay un código que se respeta.
Primero lo cuadro.
Le aviso y le digo: ‘Si me das el visto bueno, le pego’.
Sé que me dirá: ‘Espérame que le pegamos las dos’, ja, ja, ja.
Una vez nos corretearon a balazos unos tipos que realizaban tráfico de terrenos.
Uno es el carrito de la puerta del ‘Soyuz’ de la avenida México.
La carretilla del cruce de avenida La Marina con Sucre.
El plato a ocho soles.
Subieron muchos seguidores en mi Instagram y Twitter.
@roropizzzino, en ambas redes es la misma.
Para mí sí, pero mejor pregúntale eso a un hombre.
Por supuesto. No voy a pedir algo que yo no hago.
Curioso, conchudo y desconfiado.
Sí, pero solo quería un ‘pucho’, no trataba de gilearlo.
Soy perfil bajo, sé que mi vida cambió, pero ante todo soy periodista.
Hace cuatro años soy ‘lechucera’ y me gusta lo que hago.
El cuerpo está hecho para descansar de noche.
Gracias a ustedes por esta charla y también a la gente que me expresa su afecto.
Es tiempo de redes, también de videos. De cuidarse de una foto o frase que se haga viral. Ella respondió todo con esa buena onda que parece llevar dibujada en su rostro. Me apoyo en el dramaturgo español Alejandro Casona para definirla: “No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa”.
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