Si Lima quema, La Molina arde y hasta allá fuimos en busca de Renzo Schuller. Habíamos acordado encontrarnos a las 10 de mañana y desde las 9:50 la voz de la periodista de Relaciones Públicas de Latina nos musicalizaba el oído: ‘Me avisa, por si acaso, que ya llegó’.
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Así de puntual es, como para refrendar que ahí está la clave de su éxito. Nosotros lo encontramos con unos lentes oscuros para combatir los rayos solares. El conductor estaba instalado al borde de una inmensa laguna, cordial y con buen ánimo.
Levanto la mano y les grito: ‘Habla, qué fue de tu vida’.
Soy de Barboncito.
¿Tú crees? Éramos recontrapopulares.
Sabíamos que no debíamos ir por ciertos lugares, porque habían ‘fumones’.
Con el barrio de La Florida, que está entre la avenida Aramburú con Arequipa. Gente brava.
Había que ver quiénes tenían más malogrados, je, je.
Los de Surquillo.
Titular, jugaba muy bien.
Iba con un ‘pata’, pasaban dos chicas y, al estar al lado de ellas, hacía que me desmayaba y caía sobre una.
‘Cachito’, por los chinchones que tenía en la frente.
Después se justificó el apodo, ja, ja.
Cabezón.
‘Cohiba’ y ‘Kímbara’.
No. Seguro estaba en otro Box.
Me defiendo, para justificar hago una broma.
Primero estudia algo que valga la pena.
Ingeniería electrónica, cualquier cosa, je, je.
Diseño publicitario.
Ninguna.
Métete a lo que realmente te guste, porque esa pasión te va a empujar a alcanzar tu objetivo.
Tiene razón, es crear.
No soy un maestro, pero me apasiona y agrada preparar la parrilla, aunque siempre pido ayuda para que me salga mejor.
Llamo a algunos amigos chefs y me indican ponle más tomate, falta cebolla.
Les digo que no tengo ninguna de esas cosas y me responden: ‘Vete a la miércoles’.
La falsedad, el egoísmo, la mala criollada.
Qué te cierren con el carro, que te insulten de otro auto.
Ahora hay que tener mucho cuidado, la gente está a la defensiva.
Vacílate con los más cercanos y nada más.
Muchas veces tiene que ver con el oído de la persona.
Cualquier expresión te la malinterpretan, cuando no has tenido esa intención.
Peor, no me llamaron.
Me he visto sorprendido con la cantidad de talento que hay en nuestra patria. Y no solo peruanos, también extranjeros que habitan aquí.
Los espero en ‘Perú tiene talento’, los sábados después de ‘Yo soy’.
A ustedes por la oportunidad de esta conversación.
Juntó su puño con el nuestro a manera de despedida y sonrió. Como lo afirmó el escritor francés Víctor Hugo: ‘La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano’ y siempre tuvo razón.
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