Es actriz, periodista, sueña con ser escritora y actualmente interpreta a la divertida María Grazia Rizo Patrón en la telenovela ‘Pituca sin lucas’. Priscila Espinoza es una auténtica cajita de sorpresas, pero sobre todo una mujer talentosa y sin pelos en la lengua.
Priscila, tres cualidades que te definan...
Muy pasional, sincera y empática
Y dos defectos...
Puedo poner a quinientas personas antes que a mí y a veces no puedo disimular mi cara de... por decirlo bonito... mi cara de desagrado ja, ja, ja. Pero no es porque sea mala onda, sino porque estoy sobrepensando en miles de cosas.
Lo primero que te atrapa de un hombre...
La forma de la mirada. Si tiene mirada de cazador que está buscando su presa, de frente chau. Pero cuando su mirada es amigable, tierna o sincera, me encanta. La mirada nunca miente.
¿Eres intensa o relajada en tus relaciones?
Los dos somos bien calmados, pero creo que soy la payasa de la relación ja, ja, ja. Me gusta jugar y verlo reír, siempre. Soy muy cariñosa y engreídora.
¿Qué tan celosa eres?
Recontra celosa. De chibola iba y hacía escenas de celos, con el tiempo he aprendido a controlarlo. También he entendido que los celos no son malos, son naturales, solo no hay que dejarse llevar por los impulsos y ser tóxicos. A mis 30 años ya aprendí a escoger mis batallas.
¿Has perdonado alguna infidelidad?
No, nunca me ha tocado perdonar porque siempre me enteraba después, ja, ja, ja.
¿Crees que los ex pueden ser amigos?
No sé si amigos, pero sí una relación cordial. No tienes que eliminarlos de tu vida al cien por ciento. Claro, depende cómo ha terminado la relación. Pero amistad así de volver a ser patazas... no sé, creo que mucha tentación.
¿Te gustaría ser mamá?
Sí, claro. Y ahorita me siento con cierta capacidad para asumir esa responsabilidad tan grande. Y, de hecho, con mi pareja actual lo conversamos desde el inicio, antes de que todo se ponga más serio.
Si no fueras actriz, qué serías...
Escritora, y en realidad tengo textos y relatos que he escrito y espero publicar pronto. Además, estudié Periodismo.
Un sueño cumplido...
Ser actriz, totalmente. O sea yo de niña me miraba al espejo y alucinaba que recibía el Oscar. Si le digo a esa niña de ocho años que lo logró, que es actriz y vive de eso... no me creería.
Un olor que te recuerde a tu infancia...
El olor a queque de vainilla. Nosotros siempre tomábamos lonche en familia y por lo menos dos o tres veces a la semana hacíamos queque de vainilla para el lonche. Aprovechábamos ese momento para conversar.
¿Qué postre o comida peruana serías?
Un flan, ja, ja, ja, porque es simple pero buenazo. Y yo me considero así.
Tu primer trabajo y a qué edad...
A los 17 años trabajé en una librería para comprarme un blackberry (celular). Mi mamá ya no quería comprarme más teléfonos porque siempre se me perdían.
Cómo se llamaría la telenovela de tu vida...
Los tatuajes del amor. Porque cada vez que alguien cercano a mí fallece, me lo tatúo. Hasta el momento tengo dos y se viene otro.
Un tip de belleza que siempre sigues...
No puedo salir de mi casa sin haberme rizado las pestañas y me pongo hielo en la cara en las mañanas para desinflamar.
¿Eres impulsiva o piensas antes de hablar?
Recontra impulsiva, pero ahora pienso un poquito porque algo que he dicho o hecho ha afectado a los que me rodean. Mi mamá puede darte cátedra de eso porque es la que más ha sufrido. Dicen que mi lema de vida es ‘mejor pedir perdón a pedir permiso’.
¿Cómo te relajas?
Leo libros de crímenes y misterio.
Tres canciones que te recarguen de energía...
Dog days are over, Sopa de caracol y Será porque te amo.
Un hobby que pocos conozcan...
Casi nadie sabe que escribo, porque a la única persona que le he enseñado lo que escribo es a mi hermana. Ella y que debo publicar, pero creo que hay que ser muy valiente para publicar y lidiar con las críticas.
Tu mayor miedo...
Los payasos y la soledad.
¿Cuál ha sido el momento más difícil que has vivido hasta ahora?
La muerte de mi papá, porque era la persona con la que tenía más conexión en el mundo y el que más me impulsaba a ser actriz. Nunca me vio en esta faceta. Me encantaría decirle ‘Oye me salió esta novela’. Que baje aunque sea un ratito del cielo para celebrar conmigo. Nunca estás listo para perder a quien amas.
¿Te gustaría saber de qué vas a morir?
No, que me sorprenda nomás. Pero por favor que sea de algo que me deje decir unas últimas palabritas aunque sea, una mini despedida.
Un consejo que recuerdes hasta hoy...
Si el problema tiene solución, ¿de qué te preocupas? Y si no tiene solución... ¿de qué te preocupas?
La parte de tu cuerpo que más te gusta...
Antes eran mis ojos, pero ahora que me he arreglado mis dientes... mi sonrisa ja, ja, ja.
¿Cómo te ves en diez años?
Con una familia grande, un marido bueno, muchos animales y con una productora que pueda llevar más industria a provincia.
¿Te arrepientes de algo?
Si me hacías esta pregunta hace cinco años, te diría que sí y de un montón de cosas. Pero ahorita no. Han sido cachetadas a la realidad para lo que soy ahora. Pero si me pongo a pensar en una cosa... mira, esto no lo he dicho, pero yo por mucho tiempo estuve obsesionada por mi peso y no iba a reuniones para no comer y no engordar. No llegue a tener trastornos alimenticios, pero sí me obsesionaba mi figura porque la televisión no te permite engordar ni envejecer. Entonces, me arrepiento haberme perdido situaciones por encajar en una burbuja que no pertenecía. Me hubiera gustado tener el autoestima que tengo ahora.
¿Cómo saltaste ese muro?, ¿Necesitaste ayuda psicológica?
En la pandemia. Mucha gente empezó a hablar sobre ejercitarse en casa, etc. Y justo mi roommate se hizo una lipomarcación y te juro que la vi sufriendo tanto, entrenando súper fuerte... O sea cuando vi a través de otros ojos que ella no se sentía perfecta y hermosa, ahí me dijo ‘Aaalaaa, así me veo yo, obsesionada con una alimentación, obsesionada con una rutina de ejercicios’. Probablemente si yo no hubiera visto a mi roommate así, también hubiera pasado por el quirófano. Al ver desde otra perspectiva me di cuenta que así podía terminar yo, haciéndome una lipo para encajar en algo que nunca iba a encajar. Fue una cachetada.
PITUCA SIN LUCAS
Ahora interpretas a María Gracia Rizo Patrón en la novela Pitucas sin lucas, ¿te consideras una ‘pituca’ como ella?
Hacer el personaje de María Gracia es todo un reto, pero estoy amándola cada día más. Hace tiempo quería hacer un papel así. Y creo que me considero ‘pituca’ porque siempre me ha gustado invertir en ropa, perfumes, restaurantes de moda, pero me falta la plata ja, ja, ja.
Es un personaje bastante alejado a los que has hecho antes, ¿qué significa María Gracia Rizo Patrón en tu vida?
Wow un montón. Es muy distinto a lo que soy en el día a día. No quiero justificarla, pero interpretarla es entrar en sombras y conflictos personales alucinantes que pensé nunca llegarían. Tocar el tema de infidelidad, confusión, pérdida, abandono, daddy issues... es un montón, en realidad. Es un reto día a día, de verdad. Ella, en pocas palabras, actúa como su papá. Huye de los problemas y pasa por agua tibia. Amo el personaje, lo estoy disfrutando demasiado.
La gente la ha recibido muy bien... hay dos grupos muy marcados, la aman o la odian...
No hay intermedios, exacto. La aman o la odian. El recibimiento que ha tenido es maravilloso. Pero trato de no leer los comentarios en redes sociales porque no quiero que el team antiMariaGrcia influya en cómo desarrollo el personaje, porque créeme que sí puede pasar ja, ja, ja. A veces me dicen en la calle ‘Ay me encantas, o sea te equivocas y todo pero eres tan divertida y por eso te perdono’ ja, ja, ja. Es hermoso todo esto que estamos viviendo con el elenco de Pituca sin lucas.