La actriz María Victoria Santana, más conocida como ‘La Pánfila’, nos abrió su corazón para contarnos sobre su faceta de mamá y reconoce que no ha sido fácil, pero tampoco imposible ser madre y padre para sus pequeños Juan Diego (7) y Lupe (3), quienes son su motor y motivo para salir adelante. Asimismo, resalta que el amor no se mendiga y no tiene tiempo para llorar, sino solo para trabajar y darle lo mejor a sus pequeños.
María Victoria, ¿cómo pasarás el ‘Día de la Madre’?
En familia. Es una fecha especial porque yo soy la que saco adelante a mis dos hijos. Soy madre y padre. Soy una mamá luchona, una mamá con huevos, una mamá cuatro por cuatro.
No es fácil ser madre y padre a la vez...
No es nada fácil, pero es muy gratificante. Vivo en paz, feliz y me saco la mugre por mis hijos. Ellos son felices y eso es mi mayor recompensa.
¿Cómo cambió tu vida tras el nacimiento de tu hijo mayor?
Dio un giro totalmente. Me cambió hasta mi perspectiva de vida y mis objetivos. Desde que tuve a Juan Diego empecé a trabajar más, siento que he crecido más profesionalmente y he madurado más
¿Siempre soñaste con ser mamá?
Sí. Siempre quise que el primero sea varón y luego tener la mujercita, así que he sido bendecida. He tenido a los hijos que he querido en su momento, así que estoy feliz. Siempre soñé con tener la parejita.
Estás criando sola a tus hijos. ¿Qué es lo más duro que te ha tocado pasar?
Mi primer embarazo fue bastante triste porque estaba sola, pero luego ya me adapté a la situación. Aprendí que no tengo que esperar nada de nadie, porque yo misma puedo salir adelante.
¿Te has sentido frustrada en algún momento?
Sí. Antes de ser mamá, me deprimía, pero cuando me convertí en madre no tenía tiempo ni para deprimirme porque hay muchas cosas por hacer. Mi vida cambió para bien. Tengo paz, felicidad y me he vuelto mil oficios.
Te hemos visto trabajar en diferentes rubros para sacar adelante a tus hijos…
Así es. Puedo ser mamá, asistente, chofer, cuenta cuentos, enfermera y de todo. He vendido mis pollos al cilindro, artículos de primera necesidad durante la pandemia y de todo. Una mamá tiene que hacer de todo. Mis hijos son mi motor y motivo. Me impulsan a crear más cosas.
¿Cómo te consideras como madre?
Al inicio, era demasiada madre mano suelta, pero he ido a terapia y he aprendido a no dar todo. Ya me he ido controlando y he madurado. No existe un manual de cómo ser madre, pero he ido aprendiendo a poner límites y reglas.
¿De dónde sacas fortaleza para asumir el rol de padre y madre sola?
Hay momentos donde estoy triste, cansada y no tengo fuerzas, pero veo sus caritas y las sonrisas de mis hijos... y se me reinicia la vida. Mis hijos son mi mayor regalo de Dios.
¿Te animarías a encargar el tercer hijo?
No. Ya estoy ligada, ya tengo la parejita; además, hay que ser responsables. Ya estoy satisfecha con mis dos bebés. Entre los dos juegan, se acompañan y son buenos compañeros. No hay forma tener un tercer hijo. Es bonita la idea, pero no es fácil. Además, estoy estudiando psicología, requiero tiempo para mí, un hijo es mucha inversión de tiempo y no tengo.
¿Qué le dirías a los padres ausentes?
Miren lo que se pierden, no existen en mi vida, no son necesarios y no se siente la ausencia porque he sabido llenar bien ese espacio. El amor no se mendiga, el que quiere venir, bienvenido sea, sino puede continuar con su vida tranquilamente.
¿Cuál es tu mensaje para las madres solteras?
Les mando un beso para todas las mamás con huevos; si yo pude, ellas también. Hay muchas madres que se cargan el hijo a la espalda y trabajan. Las lágrimas no dan plata. Como dice Shakira, las mujeres no lloran, las mujeres facturan, así que a trabajar duro porque la mayor recompensa es la sonrisa de nuestros hijos
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