En pleno Centro de Lima, Marco Antonio Melosevich, el creador de la famosa teleferia y también conocido como el ‘Rey del floro’, se animó a vender artículos en la calle para enseñar a los ambulantes la manera efectiva para generar más venta. Con su modo elocuente y gracioso, el ahora presentador brindó una ‘master class’ de emprendimiento en exclusiva para Trome y recordó cómo surgió la famosa teleferia que fue todo un éxito en los años 2000.
Marco Antonio hace honor a su nombre y, curiosamente, como aquel militar romano, diseñó una estrategia para su vida en el tiempo que trabajaba reparando puertas y ventanas en Estados Unidos. Disciplinado, metódico y curioso, supo presentar una innovadora propuesta de ventas que terminó por generar altos niveles de sintonía en un canal que no estaba acostumbrado a esas cifras.
Y aunque la teleferia es cosa del pasado, nadie puede olvidarse de aquellos productos como: la sartén de roca volcánica, el afilador de cuchillos, el amasador de empanadas y demás. Tampoco pueden olvidarse de él. Así pasa ahora sus días el ‘Rey del floro’, siempre con una sonrisa en los labios y dispuesto a brindar algún consejo de emprendimiento porque todo se puede vender, asegura. Desde una piedra o como él hizo: Ofrecer ataúdes o animar carreras de caballos y mototaxis en provincias. Conozcamos un poco más la historia de este emprendedor por naturaleza.
¿Qué recuerdos conservas de la teleferia?
En cuanto a las ventas, marcó un antes y después. Dimos a conocer el arte de las ventas a través de la teleferia, que eran ventas por televisión que fue todo un ‘boom’ y realmente fue una sensación porque a muchos les cambió la vida. En el Perú, hemos dado la vuelta al país con este formato alrededor de dos o tres veces hasta el 2005, luego continuamos viajando por Sudamérica, especialmente por Ecuador, Chile, Argentina, Paraguay -inclusive- Brasil. Fue una época de más de diez años.
¿Cómo se te ocurrió este proyecto de ventas?
Trabajé en muchas emisoras radiales y lo que quería era aumentar mi capital. Buscaba incrementar mis ingresos y la manera más rápida de ganar más dinero era a través de las ventas pero tenía que alejarme del mundo de la televisión, de la radio y los medios de comunicación. Cómo no quería eso, fusioné ventas con televisión y así nace la teleferia.
¿Cómo surge esa dinámica de hablar rápido en el programa?
Tenía un espacio de 30 minutos para ofrecer 30 productos, en este caso, 30 expositores que oferten su producto. ¿Qué paso? Simplemente se me ocurrió: “Vamos hablar rápido”, pensé. Nace la manera tan elocuente de comunicarnos en el mundo de las ventas y eso gustó al público, lo aceptó y tomó de una manera amigable y divertida. Con el tiempo, aumentó la duración del programa y también la cantidad de expositores. La dinámica continuaba solo que se desarrollaba en un bloque cada media hora para presentar los productos.
¿La teleferia te cambió la vida?
Si hablamos a título personal, sí, me cambió la vida porque era lo que buscaba. Y no solo a mí, muchos amigos que comenzaron conmigo en la teleferia, que vendían en la calle con su caballete y eran correteados por los serenos, hoy en día viven muy bien. Sus hijos estudian en buenas universidades y ellos están con empresas sólidas y constituidas.
¿Te gustaría que vuelva este programa de ventas?
Sí, me gustaría. Nosotros, el año pasado, tuvimos una campaña por el mes de Fiestas Patrias y fue todo un éxito. Sin embargo, mi partición se complica por el tema que ahora mis horarios han cambiado. Trabajar en la radio, televisión y, además, realizar eventos me demandan mucho tiempo. Para hacer la teleferia se necesita tiempo y dedicación.
¿Qué productos te gustaría que se oferten?
Me gustaría que vuelvan a venderse los productos que pudimos ofertar, que son eternos, como: la sartén de roca volcánica, el afilador de cuchillos, el amasador de empanadas y tantos otros. También productos novedosos y de tecnología que son dispuestos a captar al nuevo público consumidor.
Pero una teleferia sin Marco Antonio no sería una teleferia
Hay muchos Marco Antonio que están esperando su oportunidad para ponerse frente a la pantalla y agarrar el micrófono y decir “Este es mi momento” y ofertar los mejores productos para todos los peruanos.
¿Por qué terminó la teleferia si era tan exitosa?
Lo pensé mucho, me decían: “Marco Antonio no hay que dejar esto. Hay que continuar”. Pero llega un momento, en que tienes que poner en la balanza los resultados. Y, efectivamente, nos daba resultados, pero ya nos estaba maltratando un poco el tema económico. El tema es que llegó mucha mercadería de la China y los precios bajaron muchísimo. Trajeron una gran variedad de diversos productos, con los que era muy difícil poder competir. Entonces dijimos: “¡Vamos hacer un stand by!”.
Imagino que esa noticia habrá sido un golpe duro para muchos expositores
Yo siempre le digo a mis amigos emprendedores: “Tienes que estar preparado para todo lo que se viene más adelante, eso es lo que se llama guardar pan para mayo”. Siempre hay momentos en que todo marcha bien, que las ventas están en altas y estás creciendo. Pero tienes que pensar qué va a pasar de acá al otro mes, de acá a tres meses. Hay muchos expositores que sí guardaron pan para mayo y hoy son grandes empresarios que han sabido organizar planificar su estado empresarial.
¿Recuerdas tu primera venta?
Claro, es una anécdota muy graciosa. Recuerdo que, a los 3 años, mi mamá me lleva a la casa de mi tía Maruja y mi madre acostumbraba llegar con algo en las manos. En esta oportunidad, llevábamos una bolsa con pejerrey para el lonche, sucede que cuando voy a entregarle la bolsa a mi tía Maruja, ella me agradece por los pejerreyes, y yo le digo: “Son tinco soles” (risas). Imagínate, mi primera venta a los tres años de edad (risas).
¿Dónde radica esa facilidad que tienes para vender?
Mira, tengo familia croata y creo que por ahí nace el espíritu para las ventas. Los croatas son comerciantes por naturaleza, y ese espíritu de las ventas se transmite de generación en generación.
¿Por dónde viene esa línea croata?
Por parte de padre, mis abuelos son croatas. Apellido Melosevich y mi familia vive en la ciudad de Dubrovnik, que es una ciudad muy bonita, muy cultural, muy turística.
¿Visitaste Croacia?
Todavía no he visitado Croacia, pero sí mis hermanos. No he viajado por temas de tiempo y trabajo, pero pienso que el próximo año ya me toca estar en Dubrovnik o Zagreb. Y, de paso, conocer a mis familiares directos que nunca los he visto.
¿Has pensando en nacionalizarte?
No he postulado para la doble nacionalidad, pero mis hermanos sí la poseen. Es un trámite que demora año y medio, y justamente tengo una cita para el mes de septiembre y debo viajar a Chile, dónde está la embajada de Croacia porque acá solo tenemos el consulado.
Tienes una capacidad increíble para comunicar, ¿qué tipo de eventos has animado?
He animado de todo, desde una carrera de mototaxis en Piura, que es un Dakar de mototaxis; a carrera de caballos por fiestas patronales en Cusco, Juliaca, Puno. Incluso, he animado eventos de música vernacular, que es un género un poco complicado y tienes que saber cómo hacerlo. El tema es llegar al público y tener empatía con las personas.
¿Y lo más complicado qué vendiste?
Tuve la oportunidad de ofrecer un paquete mortuorio en la funeraria de un amigo que me dijo: “Marco Antonio, llega gente, pero los vendedores no tienen la capacidad para ofrecer un mejor ataúd, ¿puedes acompañarme?”. Lo acompañé un fin de semana y rayamos en venta.
Cuéntame esa experiencia
La idea es que le trasmites a tu ser querido. Recuerdo que me acercaba a las personas y decía: “Si él o ella está descansando, que descanse eternamente, pero con esa felicidad y con ese amor que necesita de parte de todos ustedes. No hay que darle lo poco, si en vida, de repente, no pudo cumplir la necesidad de lograr ese objetivo; hoy descansando en paz, estoy seguro que, desde el cielo, está mirando lo tan unido que están para darle un cajón, no de 300 soles ni de 600 soles, llévate de 1800 soles que es lo mejor para tu ser querido”. Venta cerrada (risas). Eso fue lo más loco que he vendido. Yo pienso que todo se puede vender, solo debes saber de qué está hecho el producto al revés y al derecho, y en base a eso te enfocas.
Ahora háblame sobre ti, ¿de qué barrio, eres?
Nací en Jesús María, pero viví en el Callao. Conservo gratos recuerdos del Callao.
¿Por ejemplo?
Estudié en el colegio San Antonio Marianistas, que es de curas. Recuerdo que tenía que esperar alguna actividad u aniversario del colegio para subir al escenario, y ser maestro de ceremonias. O las veces que faltaba cuando había examen escrito, pasa que no estudiaba y yo quería examen oral para aprobar (risas).
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Fue saliendo del colegio, tenía 16 o 17 años, e ingreso a la radio R700 La Grande. Yo quería ser locutor, estar en una cabina, ese era mi sueño. Estuve más de medio año mirando a los locutores más ranqueados y apuntando en cuaderno lo que decían los locutores para aprenderlo. Cuando me dieron la oportunidad, pude desarrollarme. Luego, integré Radio Star, después 1160 y muchas radios más. En paralelo, estudiaba en la San Martín, pero yo quería hacer algo más.
Cuéntame...
Estaba en la radio y ya mi voz estaba de moda. Entonces, con el sueldo que ganaba aproveché en comprar mis primeros parlantes en Paruro, en el Centro de Lima, para alquilar sonidos a los quinceañeros, polladas y matrimonios. Pero además ofrecía el servicio de animación y así animé polladas, matrimonios y quinceañeros. En un momento dado, tuve ocho equipos de sonido con luces psicodélicas para alquilar en diferentes partes de Lima. Recuerdo que yo mismo hacía los afiches, y los pegaba en los postes para captar a más clientes. Sin embargo, me surgió la posibilidad de ir a Estados Unidos y toda mi vida cambió. Vendí mis equipos de sonidos, y compré mi pasaje con destino a Nueva York y tendría nomás de 800 dólares.
Imagino que fue una experiencia única
Claro, estuve trabajando un año y medio como ilegal en Nueva York, Estados Unidos. Llegué a ese país para participar en un casting para la radio latina ‘La Mega’, pero me presenté con visa de turista. Apliqué en el concurso y llegué finalista, digamos que ya era el locutor oficial, pero ellos me dijeron: “Vuelve a tu país, y traes una visa de trabajo y te incorporas”. Era algo impensado y entonces terminé haciendo puertas y ventanas para casas de puro gringo. Yo no hablaba inglés y era el primer país que visitaba, pero fue toda una experiencia que terminó por definir mi futuro.
¿En qué sentido?
Sucede que el concepto de la teleferia lo vi en Estados Unidos. Unos colombianos hacían ferias novedosas por televisión y pensé que eso podría funcionar en Perú. Llegué con esa experiencia de ese año y medio para dibujar lo que quería hacer, busqué un canal y luego los expositores, que ofrecían productos novedosos; ahí es cuando comienza toda la chamba.
Cambiando de tema, ¿eres vanidoso? Te pregunto porque se te vio usando un peluquín, ¿tienes problemas capilares?
Yo he tenido operaciones capilares y me han hecho intervenciones de implante de cabello, que me fue muy bien, porque siempre he tenido el problema de alopecia y opté por la operación porque estaba perdiendo mucho cabello, es un tema hereditario. Sin embargo, tuve auspiciadores y firmé un contrato para usar por seis meses este tipo peluquín, que te disimula muchísimo, pero igual, yo me divierto con pelo o sin pelo, es la misma onda. Pero si la gente toma la decisión de hacerse una cirugía plástica, abdominoplastia o rinoplastia para verse bien, adelante.
Con esa enorme capacidad que tienes para expresarte, imagino que habrás conquistado muchos corazones
El arte de la palabra siempre te abre las puertas para todo. He sido muy enamoradizo, muy coqueto y fácil de poder conquistar. Ahora puedo darte una recomendación: “Si tienes el floro, tienes la chica que quieres” (risas).
A ver, dime tus tips de conquista al estilo Marco Antonio
Se dice que las mujeres son más auditivas y los hombres son más visuales. Entonces, ¿qué quiere la mujer? Quiere ser escuchada. Quiere escuchar que le digas muchas veces, no solo una, ni dos ni tres veces, infinitamente, que están bellas y hermosas, que están hechas unas diosas. Enamórala por el oído, más que por la parte visual. Y eso sí: trátalas como unas reinas porque se lo merecen. Con eso, más del 50% ya está en tus manos, el otro 50% ya depende de ti (risas).
¿Te consideras el rey del floro?
No me siento el rey del floro ni de nada. Creo que todos tenemos la capacidad para poder ofertar, vender y comunicar.
¿Cuál es la diferencia entre un vendedor peruano y extranjero?
Yo podría calificar a los vendedores peruanos como los mejores creativos en ventas. Son muy creativos y fáciles con la mente para ofrecer un producto al cliente. En cambio, los vendedores de países vecinos, son muy cuadriculados; o sea, son buenos, pero solo conocen un producto. El peruano hoy vende un producto, mañana otro, pasado otro. Somos multifuncionales. El peruano es muy rápido con la mente. Tiene una agilidad mental increíble. Y la propia necesidad en el país que vivimos, es que nos hace salir afuera para vender y promocionar.
¿Cuáles son los tips para vender?
Para ser un experto en ventas, debes hacer lo siguiente:
Si algún emprendedor quiere conocer más tips de emprendimiento, ¿dónde te podemos encontrar?
Estoy en radio Nueva Q, de lunes a viernes, de 3:00 pm a 4:00 pm. Presento la ‘Hora Emprendedora’, donde tengo la oportunidad de dar los mejores tips a todos los amigos emprendedores, que están iniciando un negocio o ya tienen un negocio. Y, por si fuera poco, pueden mandar el cherry de sus productos o servicios completamente gratis. También estamos en Viva Televisión, los sábados y domingos, a las 7:00 pm, en el programa ‘Negociando con Marco Antonio’. Y un consejo final: “Ofrece lo que te gusta vender”.
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