En tiempos de pandemia, comenta y narra la información. Estamos en un momento inédito, preocupante, pero el mundo sigue, la televisión no se detiene y la chica linda es una periodista que vivió situaciones riesgosas. Caminó por donde no acostumbraba y ella, que contó la historia de otros, hoy revela la suya. Lorena Álvarez, figura de Latina, nos permite un viaje interior y créanme que es un libro por leer.
Con la mano, sino cómo la disfrutas.
Es como que vas a un local, pides una hamburguesa y te dan cuchillo y tenedor. Yo como de frente.
He ido a barrios y me he comprado mi huevito de codorniz.
Tengo estómago de piedra.
En una yunza en Huancayo.
Tomo cerveza negra, ron o tequila.
Me cae mal.
Un periodista debe tener esquina, no ser de óvalo.
Rompí la burbuja de la comodidad y el entorno.
Me encantaría estar en Loreto, en el norte del país, donde la crisis se agudiza y poder informar y ser la voz buscando soluciones.
En el terremoto en Pisco. Todos empezaron a gritar que se viene el agua, pensaba que se salía el mar y con el camarógrafo fuimos a darle el ‘encuentro’.
Me sentí periodista.
En Los Barracones del Callao.
Siempre me han recibido bien, porque he sabido que era la visita, entregaba respeto y jamás me he sentido más que ninguno.
Hablo muchas lisuras, más bien cuando salgo en la televisión me modulo, ja, ja.
Cuando te advierten: ‘Escríbeme antes de salir y cuando llegues a casa’.
No, te está rastreando. Luego viene lo siguiente.
Mándame una foto para estar tranquilo.
El golpe a la mujer es la última etapa, primero empieza pegando a la pared, tirando cosas al suelo.
Si te robaron una vez el celular, no quiere decir que no puedas comprarte otro.
Un poco, pero no de escándalo.
Lo hice una vez y me volvieron a engañar.
Si tienen esa costumbre, qué problema hay en que lo cambien por almuerzo.
También es bueno preguntarse por qué confía más en esa persona.
Cuando fui a Venezuela y todavía gobernaba Hugo Chávez.
Pasamos por el Palacio de Miraflores, que es la sede donde vive el presidente e hicimos unas tomas de apoyo.
Nos detuvieron los policías, luego nos llevaron a la comisaría y temía lo peor, imaginaba unos calabozos donde nadie llegaba ni iban a saber de nosotros.
Nos tuvieron hablando, preguntando.
Les di un discurso: en mi país todos podemos sacarnos fotos frente a la casa del presidente, porque nos pertenece y no sabíamos que allí era distinto.
En esos tiempos, Nicolás Maduro era el vicepresidente y como yo iba a sus conferencias, preguntaba y escribía en el Twitter, por eso me bloqueó hace muchos años.
Hay excelentes referentes como Mónica Delta, quien no necesita ser agresiva para lograr todas las respuestas.
Hay una corriente cuyo lema parece ser: ‘No importa lo que el entrevistado dijo, sino lo que yo pregunté’.
Sí y creo que la interrogante que nos hará reflexionar es: ‘¿Por qué a mí no me daría? Y para eso hay que respetar las indicaciones que se nos dan para evitar el virus.
A ustedes, que siempre los leo, solo agradecerles. Un abrazo para los lectores.
Tal cual, sin ‘maquillaje’ y con su propio estilo. Lo dijo John Lennon y se reafirma su frase hoy con ella. “Ser honesto no te traerá muchos amigos, pero siempre te traerá los correctos”.
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