La guapa y carismática Laura Spoya, quien fue Miss Perú 2015, se encuentra participando en el programa ‘El gran chef: Famosos’ y, aprovechando su estadía en nuestro país, nos contó que vive en un bonito matrimonio con su esposo Bryan Rullan, quien al igual que ella fue diagnosticado con déficit de atención y son una ‘pareja post-it’, pues paran pegando papelitos en su hogar para no olvidarse de nada. Además, ella no es una mujer que gasta su dinero en lujos, tiene sus aretes de dos ‘lucas’ y no perdonaría ‘una canita al aire’.
Laura Spoya en entrevista exclusiva con Trome. Foto: Trome.
Laura, ¿cómo te está yendo en ‘El gran chef: Famosos’?
Siento que he regresado a un concurso de belleza. Es un sube y baja de emociones, y no sabes si vas a llegar a emplatar (servir la comida en el plato), pero llegas.
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La diferencia es que no te vemos en tacos.
Yo voy en buzo, zapatos bajos, con mis trenzas, lo más cómoda para cocinar. No me pondría tacos para cocinar, no los uso en mi día normal. Soy una Miss antimiss.
¿Pero tienes noción de la cocina?
Sí, porque mi mamá me tuvo muy joven y prácticamente me crie con mis abuelos, a quienes veía cocinar. Soy muy observadora, pero nadie me enseñó. Cocino en casa porque mis hijos tienen que comer y amo comer.
¿Eres de ‘buen diente’?
Soy de superbuen diente, jamás he hecho una dieta porque gracias a Dios tengo un metabolismo muy rápido. En el Miss Universo bajé casi siete kilos por el ritmo de la competencia y nos daban solo tres momentos para comer, pero yo normalmente me ‘tanqueo’ cada tres horas y bajé mucho de peso. Eso de ‘comer como pajarito’ no existe para mí.
Hace poco visitaste con tu esposo el restaurante ‘Central’, ¿también han ido a comer en carretilla?
Claro, ya hemos ido a comer anticucho con rachi y cebiche. Nosotros vivimos para comer.
¿Tu esposo tiene ‘barrio’ como tú?
Me casé con ‘El Bryan’, es increíble. Él es totalmente chabacano, vivimos en chanclas, comemos en los agachaditos, somos el complemento perfecto.
¿Planean quedarse a vivir en Perú?
Siempre llegamos en esta temporada y nos quedamos por dos meses. Mi esposo se dedica al sector del entretenimiento y Perú es un gran mercado, pero no creo que nos mudemos porque soy una persona que necesita no estar en una ciudad y tengo mi salón de belleza en Acapulco.
¿Cuántos años llevan de matrimonio?
Tenemos seis años de casados y ocho juntos. Mi esposo es maravilloso, me deja ser al cien por ciento, no me cuestiona, no me corta las alas. El amor es libertad y yo encontré mi ‘alma gemela’.
¿Todo es mutuo?
Así es, nosotros tenemos las reglas claras. El día que se te dé por tener una ‘canita al aire’, pues adiós. No doy segundas oportunidades y él tampoco. Si tienes que cuidar a una persona para que no te saque la vuelta es porque no es para ti.
Laura Spoya en entrevista exclusiva con Trome. Foto: Trome.
Hay mujeres que hasta les ponen GPS a sus parejas...
Yo vivo muy tranquila y feliz. Nadie puede restarte tu paz, ni tu pareja ni tus amigos. Él sale a veces, yo me quedo dormida y ni me enteré.
¿No es pisado?
No, no es pisado, es obediente, ja, ja, ja. Mentira, todo lo conversamos, llegamos a un punto medio y se hace.
¿Han pensado en tener otro bebé?
No, ni muerta. Tengo dos hijos y aproveché la cesárea para ligarme. Antes de tomar la decisión mi esposo me dijo: ‘Dios no quiera, pero imagínate que nos separamos y tú estás joven’. Él me lleva trece años y le respondí: ‘Si en algún momento rehago mi vida será para viajar’.
¿Y cómo es tu matrimonio teniendo déficit de atención?
Ay, se van a reír. Él también tiene déficit de atención diagnosticado desde los seis años, creo que por eso funcionamos tan bien. Él ya está acostumbrado porque vive con una persona que tiene lo mismo y me entiende perfecto. Somos la pareja ‘post-it’, pues pegamos los papelitos en la ventana, en el espejo, la cocina, para no olvidarnos de nada y ya hasta nos reímos.
¿Se han olvidado de las fechas importantes?
Esa soy yo. Él no se olvida las fechas. Esta es la primera vez que respondo tan rápido cuántos años tenemos de casados, porque a mí se me olvida todo, pero él sabe que soy una ‘Dory’ (de la película ‘Buscando a Nemo’) total, que no logro ver una película completa porque me tengo que estar parando, me pongo a cocinar. Nunca hemos visto una película completa, pero él ya sabe cómo soy.
¿Y si van al cine?
Voy al baño varias veces, salgo a comprar dulces, me como dos barriles de canchita. Yo tengo que hacer dos cosas a la vez para concentrarme en una.
¿Te es fácil conciliar el sueño?
¿Qué es eso? No existe. En la noche es cuando mi cerebro más se prende y piensa que puede tener ideas millonarias. Los dos dormimos muy tarde, somos los señores nocturnos. Pero eso sí, me despierto muy temprano para darle desayuno a mi hija, cambiarla, llevarla al colegio y estoy toda ‘zombi’.
También se te olvidarán las recetas en el programa...
Sí, se me olvida todo, por eso pego varios papelitos y la gente a veces piensa que estoy fingiendo. Tengo déficit de atención de toda mi vida, pero a los 23 años comencé a tener lagunas mentales, acudí al neurólogo y fui diagnosticada con déficit de atención con hiperactividad.
Hablando de otro tema, ¿crees que el dinero hace a la persona?
No, para nada. Si una persona cambia porque tiene dinero es porque no sabe el propósito de tener ese dinero. Vengo de una familia donde no me ha faltado nada, pero tampoco me ha sobrado, trabajo desde los 17 años y jamás he cambiado porque me haya subido a un yate o conozca a un millonario. No tengo carteras de marca, ni zapatos ni relojes. Uso mis aretes de dos ‘lucas’ porque el dinero está para invertir, hacer negocios y viajar.
¿Compras tu bisutería en el centro de Lima?
Voy mucho a la calle Capón para comprar mis especias chinas y, a la vuelta del Congreso, tengo mi ‘point’ de extensiones de cabello. Allí tengo mis caseros y no los cambio.
¿Regresarás a hacer tu ‘stand up comedy’?
Sí, el 16 y 23 de agosto tendré dos fechas en Lima y en provincia todavía estamos definiendo las días. Les cuento también que acabando ‘El gran chef: Famosos’ regresaré con mi programa de cocina, en pandemia fue un hit, pero después que nació mi hijo ya no continué porque con dos niños no podía cocinar.
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