Es conductora del programa ‘Dilo Fuerte’ por Panamericana Televisión, abogada, bailarina, pero sobre todo una guerrera de pies a cabeza. Lady Guillén no se arrepiente de nada, pues todo el dolor que vivió la hizo más fuerte y la convirtió en la mujer que es hoy. En esta entrevista nos cuenta detalles de su vida familiar, qué sueños le faltan cumplir y su filosofía “Hay que enamorarse con el corazón, pero también sintiéndose segura”.
Lady, el amor es...
Confianza, lealtad, mucha entrega. Complementarse con alguien que no sea igual que uno.
¿Qué fue lo primero que te enamoró de tu esposo?
Él es muy educado, amoroso, respetuoso, empático con los demás. Eso me empujó a abrirle mi corazoncito.
¿Es cierto que lo mandaste a investigar?
Sí, claro. Tuve su récord de antecedentes policiales. La verdad es que en estos tiempos no le veo nada de malo investigar al hombre con el que empiezas a salir o quieres compartir tu vida. Aunque algunos digan que es tóxico, para mí no.
Es mejor prevenir que lamentar...
Totalmente. Si la gente cucufata dice que eso no se le hace al amor de tu vida... para mí son tonterías. Una debe enamorarse con el corazón, pero también sintiéndose segura.
¿En qué situaciones mientes?
Uy está complicado porque yo no miento y justamente por eso es que no le caigo a muchas personas ja,ja,ja. Soy muy directa, no me gusta la hipocresía. Prefiero decir las cosas en la cara a estar murmurando por las espaldas. Conmigo no va eso de ‘ay no le digo porque se va a sentir mal’.
¿Eres una mamá sobreprotectora, permisiva o estricta?
Soy la bruja de la casa ja,ja,ja y mi esposo es el papá juguetón. Soy la que dice ‘toma tu desayuno’, ‘no grites’, ‘haz tu tarea’ y él es más de ‘hijita, no importa, vamos a McDonald’s’. Tengo que aceptar que soy un ogro en la casa porque pongo las reglas. Trato de cuidar mucho la formación que le doy a mi hija, empoderarla, que sea muy independiente. La estoy preparando para que enfrente la vida y la calle en el futuro.
¿Te arrepientes de algo?
De absolutamente nada. Si tuviera que pasar todo lo que he vivido para ser la mujer que soy ahora, lo haría. No me arrepiento de nada porque sé que Dios hizo su trabajo en darme este camino, donde lloré y sufrí mucho, pero él tenía un propósito para mí.
Tu mayor logro es...
Sostenerme sola emocionalmente, acabar mi carrera de derecho porque significó salir de lo hundida que estaba. No fue fácil, nunca será fácil, una aprende a convivir con los malos recuerdos, pero nunca los olvida.
¿Y tu peor miedo?
No ser la madre que mi hija necesita. Siempre le pido a Dios que me oriente para seguir formándola fuerte, empoderada, valiente. Si tiene que llorar, que llore y luego se levante. También me da miedo el momento donde tenga que contarle todo lo que me pasó. Creo que eso nos marcará a las dos.
¿Te arrepientes de algo?
De nada. Si tuviera que pasar todo lo que he vivido para ser la mujer que soy ahora, lo haría. Sé que Dios hizo su trabajo en darme este camino, de llanto y dolor, porque tenía un propósito para mí.
Un sueño que te falta cumplir...
Poner la casa ambulatoria de la mujer 24 horas. Estoy empujándola poco a poco. Sigo buscando socios y ayuda. Sé que no es fácil, pero tampoco imposible. Me costará sudor y lágrimas, pero lo lograré.
Si pudieras volver a abrazar a alguien, ¿a quién sería y qué le dirías?
A mi mamá. Si pudiera retroceder el tiempo, no la haría sufrir tanto. Le diría que me perdone. Jamás me cansaré de pedirle perdón por todos los malos ratos que le hice pasar. Eso es algo que quedó conmigo y supongo que irá sanando poco a poco. También le pediría que proteja a mi hija.
Tu primer trabajo fue...
Vender papa con huevo y choclo sancochado en la puerta de mi casa, a los 12 años, para ayudar a mi mamá porque no alcanzaba para la comida.
¿Crees en las segundas oportunidades?
Sí, creo que se han hecho para no volver a cometer los mismos errores. Y somos nosotros mismos quienes deberíamos darnos esas segundas oportunidades.
¿Qué sientes cuando te dicen que eres el ejemplo a seguir de muchas mujeres que han sufrido violencia?
Me llena de esperanza saber que todo lo que he vivido, llorado, sufrido, ha servido y sigue sirviendo a muchas personas. Sé que de alguna u otra manera, se han identificado conmigo y han cortado su círculo de violencia o han prevenido situaciones de violencia.
¿Qué significa para ti la fecha 13 de agosto del 2016?
Mi cambio y el cambio de muchísimas mujeres. Es una fecha importantísima porque entendí que no estaba sola, que mucha gente me había escuchado y ellas también querían ser escuchadas. Siempre quedará marcada en mi vida.
Mónica Delta: “No creo en las cirugías estéticas, hay que envejecer con dignidad”
Contenido GEC