Fanny Alache irrumpió en la farándula con sus movimientos de caderas, lo que le valió el apelativo de ‘La licuadora humana’. Sin embargo, hace doce años decidió colgar las tangas y emprendió un nuevo rumbo como conductora y reportera en su rico Callao.
Fanny, ¿qué ha sido de tu vida?
Tengo mi programa ‘Sábados con Fanny Alache’, por ‘Callao Al día’ y Región TV, donde presentamos musicales y casos sociales. También salgo a reportear a restaurantes, visitamos asilos, ayudamos a gente que vende en la calle con víveres y cosas así.
La gente te recuerda como la ‘licuadora humana’. ¿Quién te puso ese nombre?
Yo empecé a bailar en un circo, después me meto a trabajar a la ‘Gata Caliente’ y conozco a Nílver Huarac, él me ofrece trabajar en el programa ‘El Mañanero’, que conducía July Pinedo, y ahí aprendí los movimientos del huayno, la cumbia. Después comencé a bailar en los ‘Saravá’ (shows salseros) y nos juntábamos con un montón de orquestas salseras nacionales e internacionales, ellos por los movimientos de caderas me pusieron la ‘licuadora humana’.
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Tenías tu estilo.
Sí. Yo bailo música negra, he sido bailarina de Lucía de la Cruz cuando estaba mocosa. Mezclo la salsa, la cumbia y la música negra en los movimientos de cintura y caderas.
¿Y te hiciste conocida?
Para esa época ya trabaja en al teatro, pero no me paraban bola. Las figuras eran Daysi Ontaneda, Iris Loza y Susy Díaz. Tula Rodríguez, Gabriela Rivera, Lourdes Reyes, Azucena del Río y yo éramos las que bailaban atrás. Pero como me iba ganando un nombre en el Callao, como la ‘licuadora humana’ le doy la vuelta a todas y paso adelante.
Diste el salto...
Llego al nivel de Susy, de Iris Loza, me ponen como figura. Recuerdo que en esa temporada el productor Juan Bojanich nos pone de figuras a Tula y a mí y comencé a dar la hora, como se dice.
Tú, ¿de que promo eres?
Yo soy promoción 91 con Sara Manrique, Mónica Cabrejos, Gabriela Rivera, Lourdes Reyes porque Fabiola Cárdenas y Azucena del Río son antes, ellas son promoción 87 o 89 por ahí.
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Siempre dicen que entre bailarinas hay rivalidades. ¿Qué es lo más fuerte que te hicieron?
Cuando era corista y pertenecía al cuerpo de baile me han amarrado mil veces la ropa, me han echado agua a los zapatos, pero cuando era figura ya no.
Ya no te tocaban.
Ya no, me cambiaba en el camerino de las estrellas ja, ja, ja.
Hay mucha envidia.
Bastante. Hasta el día de hoy no hablo con una de las bailarinas, porque no la considero vedette, dónde va tiene la manía de salir volando mi nombre sin que yo le haya hecho nada.
¿Es conocida?
Sí, pero muy tarde llegó a ser conocida, es Azucena del Río.
Siempre hubo ese pique con Azucena.
Siempre, hasta el día de hoy, pero yo la ignoro. No es mi culpa que ella no haya tenido la suerte de llegar adelante (bailarina principal) antes que yo.
Sigues siendo la ‘licuadora humana’.
Sí, a veces me pica el gusanito, he nacido con eso. Cuando eres bailarina de la calle, sin estudio, y con el tiempo te vas formando en lo que es el baile, te dura toda la vida. La bailarina de escuela tiene un tiempo por el desgaste, se le rompe los meniscos, tiene mil problemas. Las de la calle mayormente nos dedicamos a mover los pies, no a hacer piruetas.
¿Quién crees que podría ser tu sucesora?
Yo pensé que mi sucesora iba ser Karen Dejo, pero la veo pesada, muy tosca, los hombros muy anchos. Yo quiero mucho a Karen, pero para el baile tienes que ser demasiado femenina, tener tu cuerpo suelto como una gelatina para que se mueva todo.
Tu romance con Puchungo fue real
Lo de Puchungo fue antes de que yo empezara a bailar, éramos chibolos. Somos amigos de barrio, soy como dice ' la pirañita del barrio’. Pero cuando me vio en un periódico le dijo a mi mamá Teresa, que en paz descanse, ‘qué hace Fanny aquí', se molestó.
Porque te alejaste de la farándula. ¿Qué te hizo cambiar?
La muerte de mi mamá. Al año de su muerte me embaracé de mi hija, que ya tiene 12 años. Hace un año acaba de morir mi hermano, mi yunta, mi todo y me quedé solita porque mi hermano mayor es pastor, tiene su Iglesia en el Callao. Tiene su vida muy aparte de la mía.
Y colgaste las tangas...
Bailé hasta cuando mi hija tuvo unos cinco meses y dije ‘esto ya no es para mí’. Todo mo vestuario lo boté, regalé, no tengo nada.
¿Extrañas la televisión?
No, no tengo nada que agradecerle a la televisión. A mí quien me dio la fama fue la gente del Callao, Willy Cartagena, Willy Rivera, la Camagüey, La Progresiva del Callao y toda esa gente que me bautizó como la ‘licuadora humana’.
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