Por: Fernando ‘Vocha’ Dávila
Y entre tanta voz femenina que canta con saoco y sabor, esta chica va ganando ese espacio que le permite ser una salsera top del país. Cielo Torres tiene más de una faceta llena de talento. Es actriz reconocida y canta todos los ritmos. En estas horas, sus fans la disfrutan escuchándola y observándola con ese estilo sensual que marca su imagen. Pero como todo ser humano, también ha vivido momentos duros y hoy, sin vergüenza, los revela.
El hombre que no joda.
Bien difícil que alguien entienda este trabajo.
Tuve una historia que entre cada canción tenía que revisar el celular para ver si me había llamado.
Una vez, mientras cantaba, me miraba y no podía hacer muchas cosas en el escenario porque se incomodaba.
Llegué a recibir maltrato físico.
Fue una relación tóxica, porque perdoné.
Sí, pero la mejor es el trabajo.
He cometido mis errores, también he pedido saber dónde está, preguntar por qué no responde, pedirle que se saque una ‘selfie’...
Cuando le comentas que vas a estudiar o hacer algo te responde: ‘No me parece’.
Se disculpa con el comentario: ‘No quiero que te falten el respeto’.
Me he peleado, aunque reconozco que alguna vez cambié mi short por un jean pensando que así evitaba la discusión.
Cuando te jala del brazo o con su codo te pide que te calles.
No lo hago y pienso: ‘Qué pesado’.
Le mando por audio una canción.
Hago lo mismo que el tema de Camilo Sesto: ‘Perdóname’.
Primero trato de conocer a la persona, saber sus gustos, aunque el pollito al horno con puré y ensalada nunca falla.
Heredé la sazón de mi mamá, no lo hago por falta de tiempo.
Es bonito, pero si todo el día pregunta lo que hago en la televisión o la música quiere decir que le interesa el personaje y no yo.
Aman asumir ese rol. Otras se aburren con su pareja, no salen de un mismo círculo vicioso y empiezan a mirar y tocar donde no deben.
En una sociedad machista como la nuestra ser ‘pendejo’ es chévere, pero ser ‘perra’ es condenable.
Lo he practicado alguna vez.
Me enamoré, se lo comenté y me respondió: ‘Hablamos bien cómo eran las cosas’.
Respondí tranquila: ‘Está bien’, pero por dentro lloraba. Por dignidad no mostraba que estaba mal.
En la calle todavía me llaman ‘Sabrina’.
No, pero sí que me digan: ‘¿Cantabas?’. Lo hago desde 2007 que empecé en ‘Agua Bella’.
Lo disfruté. La gente me lo recuerda cuando se toma una foto conmigo: ‘No eres mala como en la novela’.
Voy a la ducha con música.
No. Cuando he ido mi grupo me pide sus canciones favoritas y al final la única que canta soy yo.
Si veo a la pareja de una amiga haciendo cosas indebidas se lo cuento a ella, pero le advierto: ‘Te voy a revelar algo, si perdonas a tu enamorado es tu roche, no deseo que perdamos la amistad’.
Le hago escándalo.
‘No deseo ser egoísta contigo, pero tengo proyectos que abarcan todo mi tiempo’.
‘Nunca es suficiente’, que ya está en Youtube y, pese a que aún no acaba el mes, gracias a Dios ya nos metimos en la preferencia de la gente.
De todo. Me siento tropical.
Soy de pueblo, chica provinciana, no tengo por qué subirme a una nube.
Que sirva a las chicas. A veces perdonamos todo, porque queremos ayudar a nuestras parejas y terminamos haciéndonos daño. Gracias al diario Trome y decirle a mi gente que no olvide escuchar mi tema.
Se despidió con un beso y partió calmada, sin apuros. Toda respuesta la dio con convicción. Como alguna vez afirmó el filósofo francés François de La Rochefoucauld: ‘Las personas débiles no pueden ser sinceras’. Y ella es muy fuerte.
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