Hay fechas que marcan tu camino, te dan el derrotero de la vida. Mayo, el mes del homenaje constante a la persona que nos trajo al mundo, nos encuentra en un lugar de San Isidro, con Carlos Galdós. Tan loco como siempre, tan frontal como otras veces y más sincero que nunca. Dos palomas cuculí parecen haberse entercado en ser testigos de nuestra conversación. Se sostienen en una rama verde de un árbol añejo y nuestro entrevistado saca su sensibilidad a flor de piel.
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Carlos, ¿una sentencia de los ‘filósofos de la calle’?
Uno puede ser mal esposo, pero nunca mal padre, ni mal hijo.
¿Dame otra de tu cosecha?
Persona que no le va bien en la vida, es porque no tiene buena relación con la madre.
¿Así lo crees?
Ella es absolutamente todo, la columna vertebral de mi camino y, por si acaso, no soy ‘mamitis’.
¿Alguna vez la decepcionaste?
Sí, porque los padres tenemos altas las expectativas respecto a los hijos.
¿La tuvo contigo?
Seguro, pero le dije que debo cumplir con las mías.
¿Fue ‘jodona’?
Soy del barrio donde se respeta fulbito, fulvaso y pichanga.
Entiendo...
Estaba jugando, sacaba su cabeza por la ventana y gritaba: ‘Carlos Enrique, la leche’.
¿Delante de todos?
O de lo contrario se metía en medio del partido, con el vaso de leche, y si mis amigos se reían, decía: ‘Ustedes se burlan porque no les dan nada de tomar’.
¿Se emocionó o defraudó cuando le avisaste que postularías a Comunicaciones?
Para mi viejita ya era un éxito que estudiara.
¿Su primer ‘distanciamiento’?
A los 27 años, cuando me fui a vivir solo.
¿Cómo reaccionó?
Le generó dolor y luego lo comprendió.
¿Aceptó a tus novias?
Nunca le gustó ninguna, pero cuando me divorcio, las ama.
¿Una frase suya?
‘No me gusta para ti’.
¿Qué respondes?
Lo importante es que me agrade a mí.
Te has divorciado dos veces, ¿le fuiste infiel a alguna?
No, pero sí con una antigua enamorada.
¿Y qué tal?
No la pasé bien.
¿Por qué?
Es un trámite bien complicado, tienes que armar un universo donde debes crear muchas mentiras.
¿Otro punto en contra?
Vas a necesitar mucha billetera. Son dos ‘canales’.
¿Un último detalle negativo?
Te genera ansiedad y yo pago por mi paz.
¿Moraleja?
Primera y última experiencia. Y no me creo el hombre modelo.
¿Entonces?
Entendí que no me hace bien.
Esta semana se ha hablado mucho por el caso de Aldo Miyashiro y Óscar del Portal.
Uno de los primeros mitos que hay que traer abajo es que el infiel es un villano.
¿No lo es?
No, porque el villano quiere generar dolor.
¿Cuál es el gran problema?
Rompe un pacto de monogamia y lealtad. No tiene la valentía de rediseñar el acuerdo con la pareja.
Lo mencionas lleno de convicción.
Después de dos divorcios, debo haber aprendido algo.
Me quedo con el lado económico.
Con las justas compro el azúcar, imagínate teniendo que hacerlo para dos casas.
¿Conclusión?
La infidelidad no te invalida como ser humano.
¿Por lo tanto?
No acepto que ahora digan que merecen morir en la horca.
Vuelvo a lo mismo, ¿entonces por qué te separaste?
Ha sido por respeto al vínculo.
Y se viene una presentación masiva.
Presento ‘Cuidadito que soy tu madre’ y que sepan que estaré el mismo domingo 8 de mayo, a las 5 de la tarde y 8 de la noche, en el teatro de Plaza Norte.
¿Festejarás con las mamitas?
Me presento con una banda de 8 músicos, interpretaremos canciones de Camilo Sesto, ‘Pasteles Verdes’, ‘Los Iracundos’.
Un gran abrazo ante tanta franqueza.
Otro para ustedes, que siempre charlamos de temas que van más allá del momento.
Una vez más, como tantas otras, escarbó en su interior y se rio de buena gana, sin temor. Quizá observando a un tipo como él, Tomás Moro acuñó la frase: ‘Felices los que saben reírse de sí mismos, porque nunca terminarán de divertirse’.
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