Usted puede tener una puerta hecha toda una obra de arte. Ilberto Cadillo (61) es un destacado tallador de madera ancashino que usó sus habilidades para hacer un negocio redondo, en Comas.
¿Hace cuánto se dedica a este trabajo?
Empecé desde los 20 años, cuando estudié en una escuela de arte en Áncash, en donde me enseñaron a tallar madera. Allá es una tradición que tratamos de mantener viva.
¿Y en qué momento decide aplicarla en puertas?
Una vez vine de visita a Lima. Como era joven, no tenía nada que regalar a los familiares que me recibieron. Así que pensé en tallar su puerta como regalo. Ellos quedaron muy contentos y sus vecinos, que vieron el trabajo, comenzaron a hacerme pedidos.
Tuvo trabajo sin pensarlo…
Sí (risas). No pensé que de eso me iba a salir un montón de trabajo. Me tuve que quedar en Lima para poder cumplir con todos los pedidos. Acá formé mi familia y mi negocio.
¿Cuánto tiempo le toma tallar una puerta?
Depende mucho de lo que el cliente quiera. Además algunos no solo nos piden el tallado, sino solicitan hacerlas por completo. Normalmente, demoramos una semana aproximadamente.
¿Y qué es lo más difícil?
Los relieves y los detalles. Cada acabado tiene que ser realizado con mucho cuidado porque si cometes un error grave, ¿cómo lo reparas? Tendrías que hacer la puerta de nuevo.
¿Cuántos diseños tiene?
Tenemos un catálogo repleto de ellos, pero también recibimos sugerencias. El cliente manda.
¿Dónde pueden encontrarlo?
En mi negocio maderero ‘Cadillo’, estamos en la avenida Universitaria 8354, urbanización San Agustín, en Comas.