Qaya, la empresa que hace maravillas con piel de pescado | EMPRENDE TROME

¿Se imagina usted tener unos zapatos, una billetera, una mochila o un monedero hechos con piel de pescado? Le contamos que desde el 2015 los esposos Keyla Polo y Efraín Alva investigaron sobre los beneficios de este producto, y ellos mismos recogen las pieles de los terminales pesqueros para luego procesarlas en su taller donde utilizan materiales naturales para el teñido.

Actualmente, ‘Qaya’ trabaja con prestigiosas marcas de nuestro país y también de Estados Unidos, Brasil, México, Australia y Canadá.

Efraín, ¿cómo nace la idea de hacer cuero de pescado?

Antes teníamos un huarique de comida y fileteando el pescado nos dimos cuenta de que era muy fuerte, que se podía hacer algo con él. Investigamos y vimos que en el mundo hay muchas opciones de cuero de pescado como Brasil e Islandia.

Explíqueles a los lectores, ¿qué cosas se pueden hacer con este producto?
Es de tres a nueve veces más fuerte que el cuero común, son texturas únicas y sus figuras no se van a borrar, se pueden coser entre sí y crear carteras, zapatos, billeteras, mochilas, monederos...

¿El proceso es complicado?
Es muy complicado, sobre todo por el olor. En el cuero común curtir demora una semana, en nuestro caso son 30 días.

¿Quiénes trabajan en este negocio?
Es de mi esposa y yo, nos encargamos desde la recolección de pieles hasta el producto final. Ya en productos más complejos tenemos colaboradores que nos apoyan.

¿Con qué pieles de pescados trabajan?
De los amazónicos están el paiche, la doncella, el pez tigre, la tilapia, el paco y la gamitana, también trabajamos con el perico, la corvina, el toyo (su cuero es muy fuerte).

¿A qué público se dirigen?
De 35 a 50 años, que les guste los productos sostenibles y con propósitos.

¿Qué tan accesible son los precios para el mercado?
Comparando con un producto comercial de una marca conocida, nuestros precios son menores a ellos, algo muy importante es que nuestro cuero es cien por ciento vegetal en el curtido, no utilizamos metales pesados, los tintes son naturales, es un producto único en el Perú y en el extranjero.

¿Qué dificultades tuvieron al emprender?
No contábamos con el apoyo, faltaba conocimiento para exportar, hemos luchado tres años para salir al extranjero con la ayuda de los proveedores y ahora contamos con la certificación.

¿De qué manera cuidan el medio ambiente?
Estas pieles que nosotros trabajábamos antes las personas las botaban contaminando el bosque y los ríos. Están dejando de hacer eso porque ahora se las compramos...

¿Cómo se benefician las personas a quienes le compran las pieles?
Le compramos a los pescadores, fileteadores y criadores de paiche de la selva, ellos reciben dinero por sus desechos.

¿Cuándo se dieron cuenta de que esto era rentable?
Al segundo año, la necesidad de los diseñadores que trabajan con cuero es buscar materiales alternativos, somos pioneros en hacerlo.

¿Qué se viene ahora?
El material sostenible es muy solicitado, no solo nos quedamos en cuero, estamos viendo la shiringa que es el caucho natural amazónico y con la escama del paiche estamos haciendo una planta de calzado, será un zapato cien por ciento sostenible.

¿Qué marcas trabajan con ustedes?
Rochi Kahn, Donna Cattiva, Denise Debakey, Ayni Design Lab, Mashua Bio-Place, Teeti Diseño. Marcas internacionales: Mauricio Placeres de Brasil, Louis Chelli de Francia, Moreno Marcos de Australia y Los Pinos Boots de México (botas texanas), entre otros.

¿Por qué Qaya?
Significa ‘el mañana’ en quechua.

¿Cómo se ven para el Bicentenario?
Ser Marca Perú, ser un referente en productos sostenibles.

¿A qué países llegan?
Estados Unidos, Francia, Australia, México y Canadá.