
Mientras Paolo Guerrero hacía un berrinche reclamando por el arbitraje, a pocos metros André Carrillo se reía con Yeferson Soteldo. Las escenas pertenecen al final del encuentro que Venezuela le ganó 1-0 a Perú y lo dejó prácticamente fuera del Mundial. Esas son las dos caras de nuestra selección que cada vez que se mira al espejo encuentra un culpable distinto menos su propio reflejo. Es más fácil hacerse víctima que responsable.
En Maturín, en un duelo de dos equipos limitados, fuimos un poco menos que el local. Según el reconocido portal Sofascore, Venezuela pateó cinco veces de manera directa a la portería de Pedro Gallese y Perú lo hizo solo una vez a la de Rafael Romo, aquel zurdazo de Luis Advíncula. En números terminamos abajo. En coraje también porque el duelo era una ‘guerra’ y ondeamos bandera blanca. Increíblemente algunos dijeron que “Jugamos el mejor partido de visita en las Eliminatorias”. Bueno, si no atacar, no generar chances, meter centros a lo que salga o ser pura queja es jugar bien, estamos locos o alguien tiene intereses ocultos.
Pero démosle un poco la derecha a Paolo Guerrero. La designación del chileno Cristian Garay fue por lo menos polémica, ya que su país estaba también involucrado en la lucha por el repechaje. ¿Sabes cuál es el problema Paolo? y permíteme tutearte para ello, que el sábado 22 de marzo Conmebol informó que Garay dirigiría en Maturín ¿Porqué ese mismo día tú como referente no convocaste a una conferencia de prensa y junto a tus compañeros hacían una queja pública o en las redes sociales que usan a menudo? ¿Porqué no se pronunció la FPF?
Vamos con la actuación del juez chileno. El penal de Carlos Zambrano, el tercero que hace en estas Eliminatorias, fue penal por la imprudencia de ir al piso en el área, toca al rival y fácilmente pudo ser su segunda amarilla y expulsión, pero el juez no hizo esto. El gol anulado a Bryan Reyna, por el brusco cambio de dirección del balón sí parece dar en su brazo. El penal que todos reclamamos al final a favor, en la acción del venezolano Ferraresi, Conmebol lo desestimó y publicó el audio que dice: “Pega en la mano derecha, pero el brazo está pegado al cuerpo”. Que también Garay nos cobró el mínimo roce en contra, de acuerdo.
Si hablamos de rendimientos, hay notas rojas. Luis Advíncula se quedó en el 2018 y no hay máquina del tiempo que lo traiga de vuelta, Andy Polo es un Ferrari contra rivales débiles, pero un triciclo en partidos calientes. Pedro Aquino no hizo más que Sergio Peña y se entiende porqué Marcos López está en el FC Copenhague y no en un club importante. Guerrero se ‘faja’, pero son ya 41 años. ¿Los que entraron? Edison Flores es un ex seleccionado, Gianluca Lapadula tiene más cumbias memorizadas que goles marcados y Kevin Quevedo no posee nivel para la ‘Bicolor’. El dueño del buzo, Óscar Ibáñez, metió otro delantero a los 83 minutos....cuando los partidos duran 90.
“Si de 14 partidos Perú ganó 2 ¿Porqué debería soñar con ir a un Mundial?“, analizó el reconocido periodista argentino Martín Liberman. Todo el proceso de Perú fue una verguenza. Desde contratar a un Juan Reynoso que no tenía libreto, hasta reemplazarlo con un Jorge Fossati que nos terminó de hundir con un esquema inservible y un juego espantoso. Y en cada partido de local tuvieron apoyo, porque la gente pagó más de 100 soles por una entrada popular y esa misma gente hoy debe estar maldiciendo que aquel dinero pudo ir a otro destino.
Dejen de culpar al árbitro y sean responsables. Dejen de quejarse y háganse cargo. Dejen de llorar que hasta las lágrimas hay que ganárselas.
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