Tanto desarreglo, inconducta y escándalo, tenía que llegar a su fin. La dirigencia de la Federación Peruana de Fútbol se cansó. Conseguir un punto de 6 posibles, hizo que miraran hacia adentro y entendieran que no podían ser ajenos a una situación que se le había escapado de las manos al líder de la selección peruana y que con ellos no podía pasar lo mismo.
Se reunieron con Ricardo Gareca, técnico de la selección peruana, y no solo conversaron, sino que sugirieron y hasta ordenaron. Lo primero fue que desde hoy en adelante, los jugadores convocados para la selección y traídos desde el extranjero, no tendrán día libre. La Federación les paga los pasajes para entrenar y jugar, y no para divertirse.
También se le ha dicho a Ricardo Gareca que refresque la convocatoria a la selección peruana. Este pedido tiene tres destinatarios: Luis Advíncula, que salió en un ‘ampay’ en televisión divirtiéndose hasta el día siguiente; Claudio Pizarro, quien justificó a su compañero; y Juan Vargas, que llegó en mal estado a un entrenamiento. Este trío genera fastidio en el interior de la Videna y, si no los llaman más, mejor.
Ricardo Gareca tiene que poner las ‘barbas en remojo’, tendrá que alinearse en este giro que se intenta en la ‘casa de la selección’. Rostros nuevos en la alineación, gente que muestre otra actitud y que la palabra compromiso sea real. El tiempo dirá si el técnico hizo caso o siguió en su postura y por eso no sigue más.
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