El sábado 29 de noviembre de 2025, mientras miles veían la final de la Copa Libertadores desde sus casas o desde las tribunas, Cliver Huamán vivía una historia distinta. A falta de acreditación y entrada, este joven de 15 años —conocido como Pol Deportes— decidió trepar un cerro colindante al Estadio Monumental y transmitir el encuentro desde allí, ayudándose únicamente de su smartphone, un aro de luz y un trípode.
Lo que comenzó como una apuesta arriesgada terminó transformándose en un fenómeno de internet. Su narración alcanzó picos de 4.7 mil espectadores simultáneos y sus videos explotaron: uno superó el millón de reproducciones y su relato del gol del triunfo rozó los dos millones. Todo sin cabina, sin micrófono profesional… y sin poder ver el 100% de la cancha.
Mientras narraba, Cliver demostraba una concentración admirable. Su origen humilde, su trabajo desde niño en la chacra y su identidad quechua lo han moldeado en disciplina y fuerza. Su sueño no es pequeño: quiere narrar algún día un partido de la selección peruana en televisión. “Quiero ser narrador profesional y periodista también”, expresó emocionado en una entrevista con el programa América hoy.
Pero la parte más intensa de su relato no se vio en pantalla: en los últimos minutos del partido, casi se quedó sin aire. “No les conté, pero se me estaba complicando a los últimos minutos, como vengo yo de la sierra, del centro poblado de Huampica, de Andahuaylas, y pues se me empezaba a complicar con el aire, porque solo estaba dos días, no más todavía”, contó. El cambio de altitud lo afectó, pero aun así siguió narrando hasta el final.
En su enlace con América Hoy, Cliver sorprendió al público desde la misma ladera donde narró la final. Los conductores lo presentaron como “un diamante en bruto”, y no era para menos. Aquella tarde no lo dejaron transmitir desde las afueras del estadio porque solo se permitía a canales autorizados. “Quedé muy triste, frustrado”, relató.
Sin embargo, la historia cambió gracias a un paisano. “Le llamamos para que nos dé esa oportunidad para narrar en su televisión… y él nos dio la mejor idea: venir al cerro”. Desde allí, viendo apenas un 80% del estadio, empezó a transmitir el segundo tiempo. Con la alineación en mano, identificaba a los jugadores por el corte de pelo, la estatura o el físico. “Tenía que reconocer a los jugadores… y la verdad, me sorprendí”, dijo.
La imagen mostrada en el programa confirmaba lo increíble: narró sin binoculares, sin acceso directo al césped y sin referencia más que su vista. “No pensaba que iba a salir en televisión y no pensaba también que me iba a hacer viral”, confesó, todavía incrédulo de su viralidad.
Contó también cómo nació su plan. “A inicios de año teníamos la idea de venir para la final”, dijo. Viajó junto a su padre gracias al apoyo de la Municipalidad Provincial de Andahuaylas. Vinieron a Lima, hicieron pruebas y, cuando les negaron la transmisión oficial, buscó alternativas hasta encontrar esta, la que lo cambiaría todo.
Cliver también habló de sus referentes y sueños. “Mi sueño desde un primer momento… quiero ser narrador profesional y periodista también. Yo soy más de narrar partidos”, afirmó con naturalidad y determinación.
Durante el enlace, los conductores le preguntaron cómo podía reconocer a los jugadores desde tan lejos. Su respuesta reflejó lo meticuloso y apasionado que es: tenía la alineación impresa y, a partir de allí, se fijaba en detalles mínimos. “Por la distancia… sí, ha sido un poco más complicado”, admitió, mientras señalaba el área desde donde transmitió.
Cada frase suya evidenciaba gratitud y orgullo. “Me siento muy contento. Poner orgullosos a mis padres, a mi mamá…”, dijo antes de pasar a recrear su increíble y emocionante narración del gol de Danilo que le dio el título a Flamengo.
Hoy, la historia de Cliver Huamán o simplemente Pol Deportes inspira a miles. Demuestra que el periodismo deportivo no siempre nace en cabinas climatizadas. A veces, nace en un cerro, con un celular y un sueño tan grande que no cabe en el bolsillo. Y que, aun cuando falta el aire, la pasión es capaz de sostenerlo.
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