Cerca del mediodía, cuando el sol parece ensañarse con sus rayos solares y uno busca desesperado un poco de sombra, el popular ‘Pancho’ Pizarro, considerado uno de los primeros metrosexuales en los años 90, se anima a contar esas historias que vivió y que siente que es el momento de darlas a conocer.
Ja, ja, ja, eso es mentira.
La apariencia... jamás me depilé.
Cualquiera y déjame denunciar que habían ‘ladrones’.
‘Pocho’ Dulanto. En Melgar, abría los neceser y agarraba el jabón, tu sachet y hasta el perfume.
Sí, pero no le gustaba llevar maletín.
Falso. Una vez quise hacerlo con un auto Ford Fairlane GTA y casi se me dobla la espalda.
Dormía con Christian del Mar. Un día lo vi aparecerse con camisa manga larga, short y zapatillas. Un adelantado de la época.
Se armó una trifulca en un ‘U’-Cristal en Tacna en el 2005 y se vino con todo, le pedí calma y me mentó la madre. Allí quedó guardada.
En el 2012, yo era asistente de José Soto en Alianza Lima. Nos tocó ir a Huánuco y ‘Chiquito’ tapaba en León.
Estábamos ganando 2-0 y descontaron.
Pepe me llamó: ‘Entra y arma el cag..., que nos pueden empatar’.
Esperé un roce en el campo, vi que Juan se acercaba, lo medí y cuando lo tuve cerca, lo empujé y nos metimos varios golpes. Ahora ya saben quién me mandó, ja, ja, ja.
Estábamos haciendo trabajos en espacio reducido en Matute y trabamos una pelota con fuerza, a los dos nos dolió y nos insultamos y empujamos, pero Gerardo Pelusso me botó de la práctica.
Así es. Cuando acabó el entrenamiento, el profesor me cargó: ‘Anda arregla eso’.
Bajé a vestuario y le dije al ‘Cali’: ‘Entra al camarín y lo solucionamos’, me siguió y rompimos el microondas, los lockers.
Nos paramos, fue de igual a igual y le estiré la mano: ‘Un par de puñetes que no corte nuestra amistad’ y me mandó donde mi mamita.
Me vio y comentó: ‘No era para tanto hijo de p...’.
Los jugadores.
Eso demuestra que no hay vestuario.
A Alianza llegó un chico Fernando Canales.
Siempre llegaba cinco minutos antes de las prácticas.
En ese tiempo, dirigían el camarín el ‘Colo’ Ibáñez y George Forsyth. Lo encerraron y pude escuchar los manazos que le metieron.
Soy asistente del profesor Roberto Arrelucea en el Santos de Nasca de la Segunda División.
Del diario tengo dos grandes recuerdos. Me hicieron subir al caballo de Francisco Pizarro y mi mamá me dio un libro para que lea la verdadera historia del Conquistador del Perú. Me aclaró: ‘No hagas las cosas, si no sabes quién es’.
El otro es que desde jugador lo compro todos los días. Me mato de risa con ‘El Bombardero’. Gracias por esta entrevista.
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