POR: FERNANDO ‘VOCHA’ DÁVILA
Esta es una historia con muchos pasajes de amor, al fútbol y a las mujeres. Con momentos duros y felices. Marcus di Giuseppe llegó al Perú hace 25 años como futbolista y escribió una historia donde las chicas y la misma muerte tuvieron un protagonismo especial. Supo tanto de amores mediáticos como de pasajes futboleros.
En el año 2003 jugaba en Estudiantes de Medicina, regresábamos a Lima en la camioneta de Miguel Miranda y en la Panamericana el carro dio cuatro vueltas de campana.
Me sujeté con fuerza del pasamanos de la puerta y rogaba a Dios que pare.
Como si estuviera estacionado, miré a mi costado y ‘Miguelón’ estaba desmayado. Allí me desesperé.
Sí, pero de inmediato él reaccionó. ¡Estaba vivo!
Una puerta sé abrió y casi a 80 metros había salido volando el ‘Monón’ Alvarado, que venía atrás con ‘Panaderito’ Díaz y Kohji Aparicio, que de tanto golpe no se acordaba de nada.
Bajé, los ayudé a salir de la camioneta y sentí que mi pierna se balanceaba.
Me había roto los ligamentos. Tenía para 7 meses de guardar reposo.
Hacía un par de meses me había divorciado y me llegaba esa desgracia.
Recuperarme y, cuando ya estaba casi al cien por ciento, un amigo me invita a salir, fuimos a una discoteca.
No bailo. Siendo brasileño eso es muy raro... Soy rockero y encima tímido.
A pasarla bien y allí, en un box, estaba Laura Huarcayo con Marina Mora y una amiga en común.
Sí, conversamos mucho y sentimos atracción mutua.
Esa misma noche la besé.
A los 4 y estuvimos casi un año.
Cosas de una relación que fue muy linda.
Es cierto.
Sí y sé que está felizmente casada y tiene su hijo.
Nosotros hablamos del tema, estábamos muy bien, pero de pronto se fue a Inglaterra.
Creo que le asustó la idea de vivir con alguien. Era muy jovencita para dar ese paso, tenía solo 20 años.
Ese año íbamos a ser campeones con Sport Boys, pero faltando 2 meses sacaron eso. No me cabe dudas de que quisieron hacernos daño, pero ya no me importa saber quién fue el malintencionado.
Sí y con la que más me identifiqué fue con la ‘rosada’.
He ido a fiestas en Los Barracones y en Atahualpa.
Junto a Alfonso Dulanto hemos creado la academia para adultos ‘Pocho y Bica’, y también soy la imagen de la cebichería ‘La Pichanga’ de Giovanni Sanguinetti, mi socio.
A ustedes por acordarse de mí. Un abrazo enorme a los lectores de Trome.
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