Este señor tiene una gran historia. Jorge Luis Pinto es el técnico colombiano que rompió una racha que provocaba ‘dolor’ en el ‘pueblo blanquiazul’. Llevaban 18 años sin campeonar hasta que llegó el profesor, quien con su propio estilo y métodos singulares le devolvió a los ‘íntimos’ la alegría de una vuelta olímpica en 1997.
A ‘Puchungo’ Yáñez le hacíamos doble visita.
Iba a las 10 de la noche primero y a las 11 mi asistente.
Dígale que lo voy a traer a Colombia, le presento una ‘vieja’ para que sea su esposa, ja, ja, ja.
Waldir Sáenz, que le gustaba salir a bailar, pero dejo bien en claro que él no tomaba. Nunca fue un borracho.
Mejor le digo los que nunca visité: Paulo Hinostroza, César Rosales y David Chévez.
Era un líder del grupo y tenía ascendencia con todos, pese a que al principio algunos lo tildaron de ‘soplón’.
Sí y lo demostró cuando fue alcalde de su distrito.
Y él en mí. Una madrugada me llamó a las 2 de la mañana.
No, sino que me hablaba despacito: ‘Han entrado rateros a mi casa’.
Fui claro: ‘Lleve a sus hijos a su habitación, enciérrese allí y prenda las luces. Rompa algo que haga un gran ruido, mientras yo llamo a la policía’.
Sí y los delincuentes se fueron.
Yo salía a verlos con dos guardaespaldas y ambos tenían armas.
Y antes de bajar en la casa de uno de los muchachos, le pedí el revólver a uno de la seguridad y me lo puse en la cintura.
Exactamente y cuando el futbolista me abrió la puerta, lo primero que vio fue el arma y le dije muy serio: ‘Así visito a mis pupilos’.
Debió creer más en él, tener más voluntad y más atrevimiento.
Era fibroso desde el aspecto físico, dinámico, visualizaba el juego y tenía un liderazgo en el campo que pocos jugadores en el mundo tienen.
Hace año y miedo me reuní con los dirigentes en Bogotá y después ya no me llamaron más.
El club tiene el derecho a contratar a quien desee, pero su director deportivo, Víctor Hugo Marulanda, no puede decir cosas indebidas de mí.
Me gustaría preguntarle y que me lo diga en la cara. Tengo testigos de todo lo mal que habla de mi persona.
A ustedes y un enorme abrazo al hincha peruano que gusta del buen fútbol.
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